En nuestra sociedad, en la que cada vez se nos hace más difícil
expresar nuestras emociones y nuestra ilusión por la vida, son comunes los
casos de depresión.
Este estado de
tristeza profunda fuera de la normalidad, que es producto de un trastorno de carácter orgánico.
Esto genera dificultades en las relaciones intra e interpersonales.
1. ¿Qué es?
La Depresión
aparece con frecuencia en nuestra sociedad exigente y competitiva, y no es
difícil hallar casos de personas cercanas a nosotros que la sufren. En buena
parte de los casos podemos hablar de un trastorno de carácter leve o moderado,
que realmente nos sirve para indicarnos que algo en nosotros se ha
desequilibrado. En la Depresión, nuestro estado de ánimo se trastorna
como consecuencia de la coincidencia de distintas situaciones o altibajos que
nos toca vivir y que no conseguimos superar, tal y como nos habíamos propuesto
o como se supone que debemos hacer. La angustia y el estrés que nos produce
este estado hacen que nuestro mundo se derrumbe... Poco a poco entramos en un
largo y oscuro túnel y, lo que es peor, lo hacemos ya sin ganas de andar para
hallar la salida.
Nuestra apatía se acompaña de una
profunda tristeza, que deja de ser normal, pues realmente es desproporcionada
al motivo que la ha ocasionado. Admitir que existe un desajuste en nosotros,
buscar el apoyo de personas cercanas y consultar a un especialista son los tres
pasos necesarios para encontrar una solución.
2. Tipos y causas
Las depresiones son el resultado de múltiples
factores de origen genético, biológico, psicológico,
social... En su aparición prácticamente siempre incide la pérdida de algo o
alguien importante para el desarrollo de la persona, y sus efectos se
manifiestan de forma particular en cada uno de nosotros. Pero hay distintas
topologías de Depresión, en función
de sus causas o condicionantes principales.
> LA DEPRESIÓN EXÓGENA es la que tiene una causa
aparente o desencadenante, y se da en personas con una personalidad “predispuesta”
a sufrirla. El estado depresivo aparece debido a la acción de un factor externo
que incide en un previo estado de malestar o desequilibrio interior (un trauma
infantil, etc.), es decir, el agente o la situación que provoca el desarrollo
del trastorno aparece o se vive de forma brusca, de modo que no hay un proceso
normal de asimilación.
En este grupo de causas se incluyen
los conflictos psicológicos y de carácter afectivo, los que se producen debido
a una situación de aislamiento por parte de terceras personas, los problemas de tipo económico o social, así como accidentes,
pérdidas y muertes de personas próximas, etc. La persona suele demostrar
externamente su estado de ánimo y de angustia.
> LA DEPRESIÓN ENDÓGENA (o bipolar) es aquella en la
que la predisposición personal prevalece como desencadenante del trastorno del
ánimo, sin que exista un factor externo que dé lugar al trastorno. La
hipersensibilidad, vulnerabilidad, tristeza, las dependencias, la soledad, la
añoranza.., agravan un estado de “personalidad pre-depresiva” en la que es
importante la incidencia de la genética y los componentes hereditarios.
> LA DEPRESIÓN
“ENMASCARADA’
que puede incluirse en el apartado de las depresiones endógenas, es aquella en
la que los síntomas psíquicos se hallan escondidos, prevaleciendo determinadas
manifestaciones somáticas, como por ejemplo trastornos cardiovasculares,
dificultades respiratorias, cefaleas, dolores, disminución del metabolismo con
anorexia nerviosa, etc.
3. Signos de alerta
En la Depresión,
buena parte de los signos que nos alertan sobre este estado aparecen de forma
conjunta. Estos son los más comunes:
* Sensación general de malestar
* Desvitalización y falta de iniciativa
* Escasa o nula motivación y pérdida de interés. Indiferencia hacia el
entorno (situaciones y personas)
* Baja autoestima
* Sensación de soledad, tristeza, melancolía y vacío
* Apatía o agitación, inquietud e irritabilidad
* Pocas ganas de hablar y comunicarse
* Pesimismo (el futuro se percibe con temor), inseguridad y
desesperación
* Pérdida de la ilusión
* Alteraciones del sueño (los periodos de descanso y actividad se
alteran, dando lugar al insomnio...) y la alimentación (exceso o falta de
apetito)
* Gran fatiga y cansancio inmotivados
* Bajo rendimiento intelectual
* Trastornos en la memoria y la concentración
* Síntomas orgánicos, como trastornos hormonales, estreñimiento, dolor,
dermatosis, hipotensión...
* Disminución de las constantes vitales, las defensas...
* Estado de energía general (el organismo no responde como lo haría en
una situación normal).
4 Por edades
> En
jóvenes: La Depresión entre el sector de población
más joven suele ser debida a dificultades de carácter afectivo o de relación,
pérdidas de seres queridos, mala adaptación al entorno, dificultades para
cumplir las expectativas, etc. Buena parte de éstas se dan entre los 18 y los
22 años y en ocasiones puede ser difícil identificarlas, ya que en esta edad la
persona suele ser reacia a explicar abiertamente su problema, pudiendo llegar a
encubrirlo. En las chicas la Depresión
suele acompañarse de trastornos en la alimentación.
> En adultos: Las dificultades en el trabajo
(mayor exigencia, competitividad o pérdida del mismo), los problemas familiares
y de relación con los hijos o, en las mujeres, la inminente llegada de la
menopausia con los consiguientes cambios hormonales, pueden ser origen de una
depresión que se da en el 10% de la población adulta. > En
la vejez: La
jubilación, el final de la vida social activa, la frustración ocasionada por la
falta de nuevas metas u objetivos, determinadas enfermedades o dificultades
físicas, la tristeza ocasionada por la muerte de seres queridos, la soledad...
El 30% de los estados depresivos se dan en la vejez y éstos son los motivos
principales que provocan su desarrollo.
5. Cómo se sienten
Además de los síntomas que he citado y que
nos pueden sugerir que la persona está sufriendo una depresión, existen algunos
parámetros en cuanto a su actitud que siempre suelen darse. Así, las personas
afectadas por este estado se sienten:
* Pesimistas, pues parece que no hay salida a su problema.
Temen pensar en el futuro, en lo que les depara la vida, pues la desgana y la
apatía que sienten les impide afrontar el presente.
* Desmotivados. La vida carece de sentido y no hay ilusiones
ni motivaciones por las que valga la pena luchar. Se desvalorizan, pues sienten
que cuidar de sí mismos no lleva a ningún sitio. Aparece una mentalidad
autodestructiva.
* Aislados. La falta de comprensión (parece que nadie
puede llegar a entender los motivos por los que se sienten así) hace que se
encierren en sí mismos, lo que dificulta aún más la posibilidad de salir de la Depresión.
* Cansados / hiperactivos. La sensación de cansancio o,
contrariamente, la necesidad de mostrarse activos, suplen una carencia
interior, una necesidad o ansiedad.
* Con dificultades para establecer y mantener relaciones. El desequilibrio interno hace
que exista un rechazo hacia las personas cercanas, lo que complica la
interrelación con los demás. Si a esto sumamos la ansiedad, la irratibilidad y
la agresividad.., entendemos el porqué es más difícil poder ayudar en el
tratamiento.
* Culpables, pues no pueden reaccionar ni corresponder a
la ayuda que se les ofrece para salir del problema.
6. Consejos para e enfermo
* Aprende a
controlar la situación. Cada persona es quien mejor se conoce a sí misma y las causas de sus
problemas. A partir de este punto, de la comprensión y la aceptación de lo que
sucede, hay que intentar controlar los pensamientos negativos, intentando sustituirlos
por pensamientos más optimistas y positivos.
* Pide ayuda psicológica a un
especialista. Su experiencia te ayudará a superar el trauma más fácilmente.
* Desliga el presente del pasado traumático e interpreta aquello que ha
desencadenado tu estado, tu dolor y piensa de forma optimista, si descubres las
causas podrás hallar soluciones y evitar caer de nuevo en la misma situación.
* Sé realista, recupera las ganas de vivir y supera el sufrimiento. Oblígate
a hacer todo aquello que te aportaba bienestar y ganas de vivir. Proponte
nuevos retos y un tiempo para cumplirlos, eso sí, teniendo en cuenta tus
limitaciones.
* Realiza actividades que estimulen la exteriorización de tus
sentimientos y haz ejercicio
físico para que el organismo se desarrolle y actúe con
normalidad.
* No infravalores tus posibilidades ni tu capacidad para superar los
problemas. Con el apoyo necesario aprenderás a confiar de nuevo en ti.
* Ten más consideración hacia tu persona y evita las comparaciones con los
demás y sus situaciones.
* Muévete en un entorno más positivo y
comunicativo, en
el que te sea más fácil dar rienda suelta a
tus emociones.
7 Tú puedes ayudarles
Escuchar a la persona que sufre Depresión y conversar sobre su
problemática, así como sobre otros temas de interés común, puede ayudarla a
superar su situación. Hay que convencerla de que es necesario concertar una
visita con un especialista y posteriormente, apoyar el tratamiento a seguir. Si
realmente queremos ofrecer nuestro apoyo, debemos comprender las razones por
las que ha llegado a esa situación y entender su forma de pensar y sentir, sin
sobreprotegerla.