jueves, 2 de abril de 2015

Adelgazar sabiamente: 1ª parte


Adelgazar sabiamente
Debemos considerar la obesidad como el aumento del tejido adiposo de nuestro cuerpo
en relación a nuestra estructura muscular y ósea.
En circunstancias normales el tejido graso o adiposo representa el compartimento de reserva energética que el organismo utiliza en casos de necesidad.
QUÉ ES SER OBESO
 
   La cantidad de tejido graso que almacenamos depende por un lado del aporte de alimentos y por otro del desgaste energético que realizamos. En la obesidad el tejido graso supera el 20% del peso corporal (el 25% en las mujeres).
   Es errónea la definición de “obeso” cuando el peso excede en relación a la talla, ya que el exceso puede estar producido por el aumento de la masa muscular. Por ello es muy importante valorar, mediante control médico, la proporción de masa muscular y tejido graso del organismo, ya que puede haber oscilaciones consideradas normales del peso, según la constitución cada persona.
   La prevalencia de la obesidad es del 20% en los países industrializados (25-30% en mujeres), alcanzando al 50% de la población de edad media (varía según edad, sexo, geografía, étnia, nivel socio-económico). Actualmente hay una incidencia cada vez mayor en la edad infantil debido a la inclusión de grasas de origen animal en su dieta.
   En cuanto a la localización de tejido graso es importante distinguir dos tipos:
- En el hombre prevalece la obesidad androide, de localización en tórax y abdomen.
- En la mujer, la obesidad ginecoide, localizada preferentemente en nalgas y muslos.
   Esta distribución de la masa adiposa depende de la actividad metabólica de las diferentes zonas corporales y varía según la edad y el sexo, estando sujeto a influencias hormonales.
   Es importante destacar que la localización del tejido graso a nivel abdominal, aumenta la incidencia de sufrir enfermedades cardiovasculares.

QUÉ PRODUCE LA OBESIDAD
   La obesidad actúa como factor predisponente de aparición o agravación de múltiples enfermedades como son las alteraciones del nivel de grasas en la sangre, las alteraciones vasculares, la diabetes, dificultad respiratoria, problemas de desgaste de las articulaciones, hipertensión, gota, problemas hepáticos, mayor incidencia de padecer determinados cánceres, alteraciones hormonales...
   Es necesario concienciar a la persona del problema que estamos tratando, aunque en la actualidad no produzca ningún síntoma, pues muchos obesos se encuentran bien en su estado actual.


BASES DEL TRATAMIENTO DIETETICO
   Para perder peso sólo existe una fórmula:
- Comer menos y hacer mas ejercicio. Es muy importante mentalizarse y tomárselo como una nueva forma de vida alimentaria (no sirve hacer dieta unos días y otros no).
- La dieta tiene que ser equilibrada en su composición y variada, con ello preservamos las necesidades de vitaminas y minerales. 
                                                                                                                                                      - Debe adaptarse al ritmo de vida y a las preferencias alimentarias del paciente.
- No realizar dietas que produzcan gran pérdida de peso. No es lo mismo perder grasa que perder masa muscular o deshidratarse, aunque el resultado en el peso sea el mismo.
- Todo tratamiento dietético debe apoyarse con un aumento de la actividad física y medidas psicológicas de apoyo para aumentar el autocontrol y satisfacción de la persona.
- No espaciar demasiado las comidas, el ayuno prolongado favorece la formación de tejido graso.
- No hacer comidas copiosas o mal distribuidas a lo largo del día, al organismo no le gustan las irregularidades de horario.
- Comer despacio, relajadamente, masticando bien los alimentos, para favorecer la digestión de los alimentos.
- Beber agua fuera de las comidas para no interaccionar con los enzimas encargados de la digestión y asimilación de los alimentos.
- También se puede beber entre las comidas café, té o infusiones (si no hay contraindicación médica).
- Evitar el consumo de bebidas azucaradas o gasificadas, así como alcohol (con moderación, eliminando los licores y aperitivos)
- Es importante fijar etapas de control para corregir posibles errores alimentarios, buscar causas de fracasos y soluciones, apoyo psicológico...
- Una vez alcanzado el peso meta, se ampliará el régimen progresivamente para estabilizar del peso logrado.


 

 

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