lunes, 4 de mayo de 2015

La Primavera y las Alergias: 2ª parte


El Grosellero negro tiene propiedades antialérgicas y  carece de efectos secundarios.
Del Ginkgo con las mismas propiedades, se extrae tintura madre.
HOMEOPATIA
  En homeopatía hay que atender a lo que se denomina “el terreno” de predisposición a padecer fenómenos de alergia, mediante una observación minuciosa de las características orgánicas, tipológicas, psicológicas y de predisposición a padecer distintos tipos de enfermedades, que se reúnen comúnmente en los individuos que sufren de alergia.
   Estos hallazgos clínicos nos ayudarán a determinar el “medicamento de fondo”, imprescindible para una mayor reacción del organismo a los medicamentos homeopáticos agudos, que tratan los síntomas que desarrolla una persona en su manifestación alérgica.
   Son básicos en las alergias estos medicamentos, ya que hay individuos que manifiestan una hipersensibilidad de su sistema inmunitario frente a sustancias ambientales cotidianas, las cuales son difíciles de suprimir completamente.
   Uno de los medicamentos habitualmente utilizados en cuadros de alergia es SULFUR 30 CH, que cubre los estados de alergia combinada en cuanto a manifestaciones cutáneas y respiratorias, no obstante, el criterio de elección de estos medicamentos no puede ser generalizado ni sistemático.
   Los medicamentos “de fondo” se suelen administrar en tubo-dosis de glóbulos, 1 o 2 veces por la semana.
   Seguramente, la inmunología moderna va a hacer énfasis nuevamente en la noción de terreno. La vía fue abierta por el Dr. Dausset (Premio Nobel de Medicina), quien, gracias al descubrimiento del sistema HLA, mostró que en algunas enfermedades se presenta de forma significativa una correlación con determinados antígenos tisulares (elementos inmunitarios propios del organismo).


La homeopatía y la inmunología se reúnen cuando se habla de la concepción del sistema de defensa del organismo.
PREVENCIÓN
    En caso de alergia a los distintos tipos de polen, se hace un tratamiento específico con POLLENS 30 CH, 1 tubo-dosis cada semana antes de la primera florescencia (febrero) y hasta el otoño (octubre). Si se producen los síntomas de alergia antes de la prevención hay que administrar el mismo preparado en gránulos varias veces al día, espaciando las tomas según la mejoría. Su composición se corresponde a los pólenes de las gramíneas
(Poa pratensis, Pao privilis, Avena pubescens, Dactylis glomerata) ya los árboles que más incidencia tienen en España: pino, Castaño, Álamo, Sauce, Olmo, Carpe, Roble, Arce, Haya, Fresno, Plátano, Aligustre, Saúco, Ciprés, Morera, Olivo.


TRATAMIENTO GENERAL
  Cualquiera que sea la manifestación clínica, hay que prescribir sistemáticamente POUMON HISTAMINE 15 CH, 5 gránulos 2 veces al día. Es un ejemplo claro del concepto de medicamento homeopático, está realizado a base de los elementos que producen en el organismo la alergia, pero diluidos y dinamizados.

El medicamento homeopático no  produce somnolencia como los  antihistamínicos clásicos, ni depresión del sistema inmunitario como los corticoides.
EN HOMEOPATÍA HAY QUE ATENDER A LO QUE SE DENOMINA
“EL TERRENO” DE PREDISPOSICIÓN A PADECER FENÓMENOS DE ALERGIA.
La homeopatía es un método terapéutico basado en la administración a dosis muy bajas de sustancias naturales capaces de provocar en el hombre sano manifestaciones similares a los síntomas que presenta el enfermo. La aplicación correcta del método implica la comparación de los síntomas del enfermo con las características del medicamento homeopático utilizado, que deben corresponderse. Se trata de un fenómeno conocido desde la antigüedad, que se basa en el hecho experimentado del paralelismo que existe entre el poder tóxico de una sustancia y su poder terapéutico. Hipócrates (2500 a. de C.) ya valoró estas observaciones con la Cantárida, que provocaba toxicológicamente cistitis y era empleada a pequeñas dosis para lo que entonces se denominaban las estrangurias.
   Este fenómeno de similitud se cumple con la condición de que el medicamento homeopático esté diluido en dosis muy débiles, y entre cada dilución se agite enérgicamente en el proceso llamado dinamización, lo que le confiere su potencial curativo, actuando a modo de vacuna mediante la reacción del propio individuo.


 

 

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