sábado, 19 de marzo de 2016

Equinácea


Equinácea

La alternativa natural contra los resfriados y la gripe

    Si hay una Planta medicinal que actualmente se utilice como la “alternativa” para curar resfriados y gripe, ésta es la Equinácea. La parte de la Equinácea que se emplea e, principalmente, la raíz, aunque también se utilizan las hojas y sumidad florida. Ésta planta perenne de la familia de las compuestas es originaria de las praderas del centro de los estados Unidos, donde se utiliza desde hace siglos, aunque se han introducido cultivos en numerosos países. De las nueve especies de EE.UU. del genero Echinacea, tres son las mas utilizadas como medicinales en Estados Unidos y Europa: Echinacea angustifolia DC., Echinacea pallida Nut y Echinacea purpurea L.

   L Equinácea Agustifolia crece en las pradera secas del centro-noroeste de EE.UU. La Equinácea Pallida crece en suelos húmedos cerca de filtraciones o fuentes, en claros de bosques y en praderas, en rocas, cerca de un campo de cultivo y a orillas de carreteras del centro-sur noreste de EE.UU., aunque también se puede encontrar en el este debido a los cultivos. Las raíces y sumidad florida de la Equnácea purpurea, frecuente en jardines, y cuyo cultivo se ha convertido en suministro mundial, crecen en Europa, Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, China, etc…. Plantas solas o pequeñas poblaciones silvestres crecen en suelos húmedos, en claros de bosques o en márgenes de matorrales y prados del sudoeste de los EE.UU.

   Las otras 6 especies de Echinacea están más limitadas en extensión y población. La Echinacea tennessensis y la laevigata aparece en la lista de especies federales (EE.UU) en peligro. 

Historia

    Los nativos de America del Norte fueron los primeros en utilizar la Equinácea (a la que llamaban ek-ih-NAY-see-uh) con fines curativos en picaduras de serpientes y otras dolencias. Cuando los colonos empezaron a poblar las praderas, aprendieron de los nativos los usos de la Equinácea y de otras plantas. En 1880, H. C. F. Meyer, un emigrante alemán establecido en Nebraska, patentó un producto medicinal que purificaba la sangre y era un gran remedio en picaduras de serpiente. Esta medicina contenía raíces de diferentes plantas utilizadas en la medicina nativa, una de las cueles era la Echinaces angustifolia.

   Un médico ecléctico (uno de los numerosos grupos de médicos que surgieron en el siglo XIX en América del Norte, cuya terapia se fundamentaba en las plantas medicinales nativas), John King, utilizó la Equinácea para tratar la congestión nasal, úlceras de piernas, cólera, etc., y en 1887 publicó un artículo en The Eclectic Mecinal Journal mencionando su potencial.

   La planta se fumaba para curar dolor de cabeza y también se soplaba el humo en la nariz de los caballos para curar su mal humor, su furia. Masticando la raíz, se usaba para el dolor de muelas y para las glándulas hinchadas. El jugo de la planta fue utilizado para curar quemaduras.

   Los indios Sioux usaban las raíces frescas para la Hidrofobia, las mordeduras de serpientes y las Septicemias, y los hechiceros de esta tribu curaban la rabia muchos siglos antes de que Pasteur descubriera la vacuna antirrábica. Los Meskwakis utilizaban la la raíz rallada para curar ataques y cólicos estomacales. La raíz era masticada por los Cheyennes como una parte del ritual de la danza del Sol, después de estar diversos días sin comida, agua o sin dormir. Estos indios también utilizaban el polvo de la raíz para dolores de boca o encías, reumatismo, artritis y sarampión.

   La Lloyd Brothers fue la primera empresa en comercializar productos farmacéuticos a base de Equinácea, tratando heridas, picaduras, septicemia, difteria, meningitis, malaria, influenza, sífilis y cangrena, y hacia el 1890 empezaron a expórtala a Europa. Hasta 1930, en la mayoría de los productos se utilizaron la Equinácea angustifolia y la Equinácea pallida (a menudo mal etiquetada como Equinácea angustifolia). Debido a las continuas faltas de materia prima en los años 30, Gerhard Madaus, fundador de Madaus en Colonia, fue a los EE.UU. en busca de semillas, sin embargo, las semillas denominadas Equinácea angustifolia resultaron ser Equinácea purpurea. Medaus experimentó con preparados frescos y empezó a comercializar productos fabricados a partir de esta especie. Por ello, la mayoría de las investigaciones científicas realizadas en Europa sobre la Equinácea se han realizado con Equinácea purpurea.

Acción Farmacológica

    La droga proviene de la medicina tradicional originaria de los indios de Norteamérica, y ya en el siglo XIX era la droga más ampliamente utilizada en los EE.UU. La acción Inmunoestimulante se supone que es debida al incremento de las defensas del organismo mediante una estimulación no específica del sistema inmune, especialmente por la activación de la Fagocitosis y la estimulación de los Fibroblastos.

   Se trata de una droga Antiinfecciosa interna y externa, que aumenta la resistencia en infecciones agudas y crónicas, ya que estimula la respuesta inmunitaria y por lo tanto también disminuye el riesgo de infección.

   La actividad Inmunoestimulante de la Echinacea parece ser que se conocía ya antes de que en 1831 un médico alemán dijera que indicaba su uso para curar tejidos epiteliales dañados. Una versión más moderna de la actividad Inmunoestimulante fue dada por Wagner y sus colegas, que demostraron que la fracción polisacarídica del extracto acuoso de la planta poseía “in Vitro” e “in vivo” actividad Inmunoestimulante. Las fracciones lipofílicas (derivados del ácido cafeico: equinacósido, verbacósido, ácido clorogénico) eran más activas que las fracciones polares. También demostraron que un arabinogalactano con peso molecular de 75.000, aislado de cultivos celulares de Equinácea purpurea, era efectivo en la activación de Macrófagos. Las alquilamidas, así como los derivados polares de ácido cafeico, realizaban una contribución considerable en la actividad Inmunoestimulante del extracto alcohólico de la Echinacea.

   La Equinácea es Bacteriostática, Virustática, Antiinflamatoria, Analgésica y Antitérmica, ya que produce vasodilatación y sudoración. Los extractos de Echinacea poseen una actividad Antibacteriana y Antivírica importante, como se ha demostrado en numerosos experimentos de laboratorio y en estudios clínicos. La actividad Antiinflamatoria parece ser debida a la fracción Polisacarídica del extracto acuoso.

   Un estudio demuestra que la curación de las heridas está promovida por la fracción polisacárida, equinacina B. Se le han atribuido propiedades Inhibidoras de la Hialuronidasa, que interviene en los procesos infecciosos, por lo que favorece la Cicatrización y Revitalización.

   La acción de la Equinácea sobre el sistema Inmune no puede ser atribuida a un único principio activo. Polisacáridos, Proteínas complejas y otros componentes actúan en el sentido de destruir bacterias, neutralizar virus y estimular el desarrollo de nuevos tejidos sanos. La Equinácea parece que actúa de diferentes formas para contribuir a que el cuerpo se ayude a sí mismo.

Indicaciones

    Actualmente la Equinácea se utiliza como Profiláctico y para el tratamiento de Resfriados, Gripes y procesos infecciosos, en estado de carencia de protección Inmunitaria, como Antiinflamatorio interno y externo, en Heridas de difícil curación, Inflamación de la Piel, Infecciones, Llagas, etc.

   Se ha demostrado que una única dosis de droga a la semana actúa como coadyuvante Terapéutico.

   Tiene una acción importante en el tratamiento de infecciones como Septicemia, Forúnculos, Abscesos, Diviesos, Amigdalitis, Faringitis Nasofaringitis catarral y particularmente Sinusitis crónica y aguda. Externamente se usa como Antiseptico en Carbúnculos, úlceras, Inflamaciones, Furúnculos, Acné, Ántras, Quemaduras, Diviesos, Llagas y Úlceras de decúbito. Estudios “in Vitro” muestran actividad inhibidora contra Trichomonas vaginalis, lo que confirma su uso tópico con preparaciones como ungüentos y cataplasmas vaginales. Se emplea el extracto en gotas y para su uso externo en pomadas.

 ATENCIÓN: En uso interno, no puede ser utilizada en casos de Tuberculosis, Leucosis, Collagenosis, Esclerosis múltiple, Sida, infección VIH y otras enfermedades autoinmunes.

   Durante el embarazo no debe administrarse vía parenteral (intravenosa).

Advertencia: Con Diabéticos, en la administración parenteral, la situación metabólica puede empeorar debido a la presencia de Polisacáridos y Oligosacáridos.

 

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