lunes, 2 de mayo de 2016

El Envejecimiento, 3ª parte


ANTIRRADICALES LIBRES
   El viejo dicho “envejecemos porque nos oxidamos”, adquiere hoy día justificación, ya que se considera a los radicales libres oxigenados como uno de principales factores de alteración de sistemas biológicos y, por tanto, de la aparición de los signos visibles de envejecimiento cutáneo.
   Los RADICALES LIBRES son grupos químicos que contienen electrones ‘solitarios”, por ello tienden a completarse (emparejar el electrón), interviniendo en reacciones con transferencia de cargas, como ocurre en el caso de las oxidaciones.
   Resultan pues grupos inestables y altamente activos capaces de participar en reacciones en cadena con consecuencias muy perjudiciales para la célula.
  
En la producción de radicales libres participan una serie de factores como:
- Contaminación ambiental
- Radiación solar UV
- Tratamientos prolongados con fármacos
- Agentes inflamatorios
- Agotamiento físico-psíquico
- Radioterapia
  
Nuestro organismo dispone de un sistema defensivo capaz de neutralizarlos, son un conjunto de enzimas antioxidantes:
- S.O.D. (Superóxido dismutasa)
- Glutatión peroxidasa
- Catalasas
  
Sin embargo, este sistema defensivo a veces no resulta suficiente (exceso de radicales o déficit antioxidantes), y los radicales libres actúan entonces sobre proteínas, carbohidratos, lípidos, membranas celulares y ácidos nucleicos, alterando su funcionalidad y acelerando el envejecimiento. Se sabe que los radicales libres afectan al
colágeno y la elastina, favoreciendo la formación arrugas, y a los melanocitos (células de la piel productoras del pigmento melanina), generando manchas en el cutis o incluso lesiones cancerígenas. Además, la concentración de S.O.D. en la epidermis no es tan alta, y tiene tendencia a disminuir la edad, lo que unido al abuso de factores ambientales (contaminación y exposición solar), ha llevado a incorporar sustancias antioxidantes en los cosméticos antienvejecimiento y de protección solar.


   Las investigaciones en el mundo vegetal revelan el poder neutralizador de algunas plantas:
+ EQUINACEA (Echinacea angustifolia, E. pallida, E. purpurea): Su raíz contiene “echina-cósido” y derivados del ácido cafeico, que inhiben la alteración del colágeno por los radicales libres.
+ COLA DE CABALLO (Equistum arvense): Se utilizan extractos vegetales concentrados obtenidos por estabilización criogénica de la planta fresca, ya que su acción antirradicalaria se modifica considerablemente con la desecación (oxidación de vitamina C).
+ CARDO MARIANO (Silybum marianum): Su fruto ejerce una acción protectora semejante a la de la enzima S.O.D., debido a su contenido en derivados flavónicos (silimarina).                                                                                                                                                       + CHRYSANTHELLUM AMERICANUM: En su composición existen flavonoides con una estructura química capaz de neutralizar los radicales libres.
+ GINKGO BILOBA: Sus bioflavonoides bloquean la génesis de radicales libres como el superóxido.      + GROSELLERO NEGRO (Ribes nigrum): También contiene flavonoides que inhiben la producción de radicales.
+ ROMERO (Rosmarinus officinalis): Capaz de capturar radicales libres y de proteger la peroxidación de lípidos.
DIENTE DE LEON (Taraxacum officinale): Su acción antirradical se apoya en la presencia de flavonoides, incluso se le atribuye contenido en Zn (oligoelemento antirradical libre).
+ VID ROJA (Vitis vinifera): Posee derivados fenólicos en su composición.
HIBISCO (Hibiscus sabdariffa): Crece en países cálidos, y que en sus flores de intenso color rojo contiene antocianos y derivados flavónicos

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