martes, 31 de mayo de 2016

El Estrés, 3ª parte


Aunque el Estrés nunca surge de forma brusca, sus síntomas pueden aparecer de este modo
Respuestas del organismo
   En el estrés, el organismo emite una respuesta que no siempre es paralela a la percepción del estímulo desencadenante. Esto ocurre porque la persona no suele valorar objetivamente este estímulo y, en lugar de utilizar estrategias adaptativas, reacciona con respuestas fisiológicas, anatómicas, neurológicas, etc.
   Las respuestas típicas del organismo al estrés se pueden clasificar en distintos niveles.


Primer nivel
   Hace referencia a la actividad del sistema nervioso autónomo, que es el responsable de facilitar la relación con el medio ambiente. Este sistema dispone de un tipo de respuestas estereotipadas que pueden incluirse dentro del apartado de somatizaciones, es decir, los individuos presentan cefaleas, sensaciones vertiginosas, estreñimiento, diarreas, taquicardias, contracciones musculares, etc.
   Tradicionalmente se conoce a estas enfermedades como psicosomáticas. Son respuestas de alarma que indican que hay algo en el organismo que empieza a funcionar mal y avisan que la relación con el entorno debe modificarse, porque de persistir estas señales de alarma puede llegar a producirse una “lesión” del organismo.


Segundo nivel
   Este nivel es más difícil de detectar por parte del individuo que se halla en esta situación, y las respuestas que se producen son de tipo endocrinológico u hormonal.
   El organismo humano está interconexionado, y los diversos sistemas orgánicos funcionales interactúan entre ellos. Por este motivo, en una situación estresante, el sistema hormonal se ve perturbado o alterado. La modificación del equilibrio hormonal provoca la aparición de enfermedades o las agrava. También suelen aparecer aumentos en la tasa de cortisol.
   Gracias a la detección de estos cambios, por medio de pruebas de laboratorio de tipo químico se puede determinar cuál es el grado de respuesta biológica del organismo frente al estrés.


Tercer nivel
   Hace referencia a la respuesta inmunológica. Las “defensas” del organismo disminuyen en una situación de estrés y, en consecuencia, la posibilidad de coger enfermedades de tipo tóxico o infeccioso es mayor que en condiciones normales. Por ejemplo, se dan complicaciones respiratorias en gripes o resfriados, casos de diabetes, hipertiroidismo, etc. Cuando surgen problemas en el sistema inmunológico, se facilita la entrada en el organismo de otras alteraciones más graves.
   De un modo u otro, la reacción del organismo tiene como fin preparar al individuo ante una situación de ataque o defensa.


Cómo combatir el estrés
   Ciertas situaciones de tensión estresante favorecen la existencia de una actitud positiva y activa, si bien aparentemente están relacionadas con la angustia y la tensión. Son aquellas situaciones gracias a las cuales la sociedad ha ido progresando en sus conocimientos científicos, en su supervivencia como humanidad, en ellas se ha provocado la agudización del ingenio y la búsqueda de soluciones. Estos son algunos consejos para ayudar a asumir las situaciones estresantes de una forma más positiva:
* Es fundamental que vivas con ilusión, para poderte marcar objetivos de diversas índoles.
* Debes conocerte a ti mismo/a en tus diversas facetas. Junto al conocimiento personal debes tener en cuenta la proyección de la imagen que ofreces a la sociedad. La lucha entre la realidad del “yo” y la de lo que “quisiera tener” puede causar una sensación de fracaso permanente y generar ansiedad.
* Relativiza al máximo los sucesos. En la vida cotidiana prácticamente no hay verdades incuestionables. El paso del tiempo ayuda a relativizar y la mayoría de tus problemas dejaran de serlo dentro de un tiempo, aunque no se solucionen de forma adecuada. Con esta actitud disminuirás considerablemente la ansiedad que ocasionan las preocupaciones cotidianas.
* Genera nuevas ilusiones y frentes de interés, y aprovecha de forma distinta los elementos que tienes a tu alcance para mejorar tu vida. La alternativa al estrés pasa por generar un tipo de vida en que, al despertar por la mañana, la persona piense que el nuevo día puede aportar algo interesante que produzca ilusión, aunque no sea necesariamente algo nuevo.
* Sustituye cualquier actividad, decisión o situación que genere hiperresponsabilidad, ya que ésta provoca un bloqueo. Esta medida te ayudará a descargar la tensión acumulada. La hiperresponsabilidad se convierte a menudo en una trampa, ya que la persona afectada desciende su rendimiento debido al agotamiento que conlleva este compromiso.
* Crea tu propio diseño vital. Identifica tus posibilidades reales y los medios de los que dispones para llegar a los objetivos marcados. Cuando el listón de un proyecto es irrealizable, esto implica una fuente de estrés, por lo que se deberá hacer otro diseño nuevo más adecuado.
* Improvisa frente a la rutina. Con suma facilidad se cae en una vida rutinaria, que produce una aparente sensación de tranquilidad, aunque en realidad la angustia es proporcional al nivel de rutina con que se vive. La improvisación te permitirá descubrir aquello que realmente te apetece y tomar conciencia de que no estás condicionado/a en todos los acontecimientos.
* Aumenta tu capacidad de resolver problemas. El ser humano, desde el nacimiento, se enfrenta sucesivamente a una serie de situaciones desconocidas que debe entender y superar. La presencia de nuevos problemas no debe ocasionar miedos que obliguen a evitar las situaciones conflictivas o bien generen situaciones de angustia. Los terapeutas aconsejan a los pacientes con miedos a situaciones determinadas (fobias) enfrentarse a lo que les
angustia.
* Acepta que puedes cometer errores. No debes depender del éxito. Ser el mejor no supone la felicidad y pretender ser infalible no es ninguna ventaja. Solamente no comete errores quien no toma ninguna decisión, es decir, quien esquiva toda responsabilidad.


Consecuencias psicológicas
   La repercusión más importante del estrés es la pérdida de capacidad para ser feliz; se sufre y no se encuentra la fórmula para disfrutar los aspectos favorables de la vida.
   Junto a la sensación de infelicidad, la persona se siente incapaz de ser eficaz, disminuye su rendimiento en todos los aspectos de la vida, pierde el interés por la familia, por sus relaciones afectivas y sexuales, por el trabajo y la diversión, etc.
   Hay una desconfianza en los propios recursos personales, que se hace especialmente evidente cuando la persona constata la inutilidad de razonar de forma adecuada sobre su propia situación. Además, se hace una valoración negativa del entorno.
   En la búsqueda de formas para superar la tensión se recurre a las huidas, que sólo proporcionan un consuelo momentáneo o agravan todavía más la situación, hasta que finalmente existe una necesidad permanente de huir.
   En este clima de tensión no solamente se ven involucradas las personas estresadas sino también todas aquellas que comparten su vida.


 

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