miércoles, 11 de mayo de 2016

Esquizofrenia, 2 y última Parte


El origen de enfermedad
   Algunas teorías hablan de la sociedad como posible causa de la Esquizofrenia, otras, de las madres “esquizofrenógenas”...
   Lo que es cierto es que en la cabeza de la persona con Esquizofrenia hay un espacio casi inaccesible, un lugar del que tal vez no sea posible regresar jamás, un mundo autoconstruido, una ruptura del contacto de ida y vuelta que impide la comunicación significativa en ambas direcciones.
   En todo caso, en la aparición de este grave trastorno psicopatológico intervienen tanto factores predisponentes (por ejemplo de carácter genético), psicológicos (la organización de la personalidad...) y sociales (los tipos de vínculos y de comunicación que existen en la familia y en la sociedad, etc.), por lo que es aún muy arriesgado señalar un único factor como causa suficiente para su aparición.
   Sin embargo, parece demostrado que, en personas vulnerables, un elevado estrés o un cambio importante en la vida -como puede ser el contraer matrimonio, incorporarse al servicio militar, empezar a trabajar o independizarse- pueden propiciar su inicio.
   A los denominados factores “intermedios —los que se encuentran entre los predisponentes y los precipitantes se llama factores ‘mantenedores”. Algunos de ellos los tipos de vinculación afectiva y familiar de la persona que sufre Esquizofrenia, su historial en lo referido a los que le sirvieron de modelo, las experiencias acumuladas más significativas, etc.


La Esquizofrenia paranoide
   Si han sido diferenciados hasta cinco tipos de Esquizofrenia no cabe duda que el tipo paranoide es el más frecuente y llamativo, dada la cualidad y cantidad de los síntomas que lo caracterizan.
   Este trastorno precisa una atención especializada y permanente, y se reconoce o caracteriza por la presencia de alucinaciones -predominan las de carácter auditivo sobre las visuales - y de delirios - la persona tiene ideas infundamentadas de ser perseguida, elegida o controlada por otras personas o incluso por otro tipo de humanos o no.
   E1 resultado es un trastorno altamente incapacitador quien lo padece, así como potencialmente peligroso para las personas que le rodean cuando se dan fases en las que puede existir una reacción de agresión hacia personas u objetos a los que se atribuye alguna suerte de persecución.


El tratamiento más adecuado
   Dadas las consecuencias neuroquímicas de la Esquizofrenia, el tratamiento requiere la intervención de un psiquiatra que prescriba las sustancias destinadas a hacer remitir los síntomas principales.
   También es necesaria la participación en la terapia de un psicólogo que plantee una psicoterapia destinada a reconstruir el contacto de la persona con el mundo compartido, al tiempo que contribuya a la sustitución progresiva del pensamiento distorsionado por otro más lógico y funcional.
   Sin embargo, hay que destacar que la atención al entorno familiar y la perseverancia en el tratamiento integral de la persona esquizofrénica resultan fundamentales para intentar su curación o, al menos, su mejor adaptación personal y social.


Varios trastornos individuos únicos

   La esquizofrenia es algo distinto de la mera suma de los síntomas con que se muestra. Las meras diferencias individuales (la personalidad anterior, las manifestaciones de la enfermedad) hacen que debamos
considerar el trastorno en función de cada persona que lo padece, sin negar en absoluto los rasgos comunes a muchas de ellas.
   De hecho, el ‘prototipo’ de paciente esquizofrénico podría ser el de una persona joven, retraída, extravagante o rara, introvertida y aislada, con escasos y difíciles contactos sociales.
   Aunque con estos rasgos se define la personalidad más abundante entre las personas aquejadas de Esquizofrenia, en realidad deben aparecer determinados síntomas característicos de esta enfermedad para poder reconocer su presencia inequívoca.

 

Fitoterapeutas Diplomados                                                                                                                 (plantas medicinales)

José Martínez

y

Iris Ninette León

 

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