Podemos definirlo como la evacuación
lenta, difícil o poco frecuente de las heces a través del intestino grueso.
Entre sus múltiples causas, se hallan la dieta, la ansiedad o la falta de
actividad y ejercicio.
La defecación es con toda
seguridad la función corporal más variable y sujeta a las influencias externas.
El hábito intestinal es distinto según cada persona y edad, y puede verse
alterado por factores de carácter psicológico o por pautas de tipo social, cultural
y, por supuesto, alimenticio. En una civilización urbana, la frecuencia normal de las deposiciones oscila entre las dos o tres diarias y la misma cantidad pero semanal. Cualquier variación considerable en este aspecto, así como en el volumen, la consistencia o la frecuencia pueden indicar la existencia de una enfermedad.
Cómo ocurre
El resultado del
estreñimiento es la evacuación poco frecuente de materia fecal seca y dura. La
acumulación de la impacción fecal (materia fecal) en el recto o colon puede
suponer un gran peligro y dar como resultado trastornos de tipo circulatorio,
cardiaco o bien respiratorio, en lugar de síntomas gastrointestinales. El estreñimiento de carácter agudo sugiere una causa orgánica. En el caso de que se dé solamente durante unas horas o que su evolución persista pocos días deberemos pensar, por ejemplo, en la posibilidad de que exista una obstrucción mecánica del intestino o bien en una complicación de diversos trastornos de carácter traumático.
En el caso del estreñimiento crónico, los
movimientos intestinales normales se alteran debido a que los mecanismos de
almacenamiento, transporte y evacuación del colon están alterados, en ocasiones
debido a trastornos psicógenos, sistémicos (infecciones, hipotiroidismo, uremia),
pero con más frecuencia por trastornos neurógenos locales (síndromes del
intestino irritable) u otros como la enfermedad de Parkinson, la trombosis
cerebral, los tumores y las lesiones de médula espinal.
Cómo valorar el tratamiento
Para determinar las posibles
causas del estreñimiento, hay que valorar algunos elementos como la frecuencia
con la que se evacua, el momento en que se hace, cómo fue la última vez, si
existen dolores de estómago o náuseas, vómitos, gases, si se han utilizado
laxantes o enemas con regularidad y el tratamiento empleado en otras
ocasiones., entre otros posibles motivos. También se pueden realizar análisis
para determinar si hay sangre en las heces, o bien realizarse un chequeo del
colon en busca de indicios de cáncer u otros trastornos. Los antecedentes farmacológicos deben tenerse en cuenta a la hora de dictaminar el tratamiento más adecuado, ya que algunos tranquilizantes y sedantes pueden ser la causa de la dolencia.
Si la alteración del hábito intestinal persiste durante semanas o aparece con mayor frecuencia y gravedad, habrá que sospechar la existencia de una obstrucción parcial, por lo que habrá que identificar las causas subyacentes.
El consumo de fibra aconsejado al día oscila
entre los 2Oy 30 gramos
por día, cantidad difícil de alcanzar en dietas ricas en proteínas y grasas de
origen animal
Estreñimiento
y otras enfermedades
Además de
representar un problema en sí mismo, el estreñimiento, muy habitual en
sociedades con poca ingesta de fibra debido al predominio de dietas ricas en
proteínas y en grasas animales, puede conllevar la aparición de otras
patologías.
• Colesterol:
A causa del estreñimiento, la bilis de la vesícula biliar permanece más tiempo de lo normal en nuestro sistema digestivo y es absorbido por el intestino en lugar de eliminarse por los excrementos. Esto produce un aumento paulatino del índice de colesterol en la sangre, y no disminuirá a pesar de que tomemos una dieta especial.
• Circulación:
A largo plazo, la compresión en el intestino puede afectar seriamente a las venas abdominales, conectadas con la circulación de las piernas, y producir su hinchazón.
• Dolores de cabeza:
Mucha gente que sufre periódicamente de estreñimiento padece también jaquecas, derivadas en este caso del mal funcionamiento del hígado, órgano que sufre las consecuencias de la falta de evacuación.
• Colesterol:
A causa del estreñimiento, la bilis de la vesícula biliar permanece más tiempo de lo normal en nuestro sistema digestivo y es absorbido por el intestino en lugar de eliminarse por los excrementos. Esto produce un aumento paulatino del índice de colesterol en la sangre, y no disminuirá a pesar de que tomemos una dieta especial.
• Circulación:
A largo plazo, la compresión en el intestino puede afectar seriamente a las venas abdominales, conectadas con la circulación de las piernas, y producir su hinchazón.
• Dolores de cabeza:
Mucha gente que sufre periódicamente de estreñimiento padece también jaquecas, derivadas en este caso del mal funcionamiento del hígado, órgano que sufre las consecuencias de la falta de evacuación.
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