domingo, 12 de junio de 2016

Breve historia de la Fitoterapia, desde la Prehistoria al Nuevo Mundo, 1ª parte


La Fitoterapia tiene sus raíces hundidas en los albores de la humanidad, entendida como seres con raciocinio.
Se sabe de la utilización de las plantas como mínimo desde hace 5000 años, pero su uso posiblemente es muy anterior, remontando a tribus prehistóricas, en una aplicación
mágico-religiosa.
   Sin entrar por ahora en los extensos tratados de medicina China, alejados de nuestra cultura, la Fitoterapia occidental se inicia con el auge de los hechiceros y sanadores, los cuales tenían una tradición oral que se transmitía de padres a hijos, y de maestros a alumnos aventajados.
   Se conoce la existencia de herbarios desde la época de los sumerios. En 1 948 se encontraron en Nippur unas tabletas grabadas en caracteres cuneiformes de finales del cuarto milenio antes de Cristo. Cuando se concluyó su traducción se llegó a la conclusión que eran unos formularios de plantas medicinales, los más antiguos conocidos hasta la actualidad. Entre estas formulaciones ya existía una fórmula para preparar ungüentos.
    2100 años antes de Cristo la civilización mesopotámica también utilizó las plantas medicinales, tal como lo demuestra el descubrimiento en Alepo de una parte de la Biblioteca Real, escrita también en tabletas de arcilla.
   El famoso papiro de Ebbers, de más de 20 metros de longitud, y descubierto en las ruinas de Luxor, se ha datado del año 1 700 a. C., y ya cita centenares plantas utilizadas con fines medicinales, entre ellas el Ajo, que se daba a los esclavos que construían las pirámides para preservarlos de las pestilencias y aumentar su energía física. Aunque ya se sabía de otros conocimientos de Fitoterapia por la cultura egipcia (papiros de Birch, de Smith, y otros), sabiéndose que en la época Ramsés I ya se utilizaban medicinalmente plantas como la Adormidera, el Sen, la Escila o el Beleño.
  
Los últimos descubrimientos papirológicos que aún están en estudio y que han supuesto una verdadera revolución en la egiptología moderna parecen demostrarnos que la fitoterapia del tiempo de los egipcios fue algo más que meramente una continuación de las tradiciones de Asirios, Sumerios y Caldeos (como se venía considerando hasta hace bien poco tiempo), teniendo ya un cuerpo médico suficiente como para considerar a la Medicina Egipcia como una escuela propia de Fitoterapia.
   La medicina egipcia (1600 a. C.) conocía ya las indicaciones de más de 700 especies vegetales. La utilización de las plantas por los egipcios no sólo se centraba en la curación de las enfermedades, sino también en la magia y en la liturgia religiosa. La conservación de sus momias se debía en parte a la utilización de aceites y esencias aromáticas en sus ritos mortuorios.


Al igual que en la Fitoterapia occidental, el inicio del uso de plantas Medicinales en Asia y en China, se debe a la medicina chamanística de las tribus del norte de Asia.
LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA Y ASIÁTICA
   China tiene una tradición milenaria en el uso de plantas medicinales. Se han catalogado más de 7000 especies diferentes, habiendo desarrollado un peculiar sistema de tratamiento que se basa más en el gusto, el olor, y la temperatura de las plantas que en estudios farmacológicos de ellas.
   No es intención de este pequeño trabajo el describir el método de tratamiento chino, sino tan sólo de exponer algunas de las principales especies desde una óptica exclusivamente occidental, reservando al aspecto histórico las consideraciones de la Medicina Tradicional.
   Al igual que en la Fitoterapia occidental, el inicio del uso de plantas Medicinales en Asia, y en China en particular, se debe a la medicina chamanística de las tribus del norte de Asia, con una tradición oral.
   Entre los textos más antiguos sobre Plantas Medicinales tenemos el “Pen Tsao”, en el año 2800 antes de Cristo, obra que se remonta a las primeras dinastías de emperadores chinos, en el cual se citan plantas tan conocidas y utilizadas como el Alcanfor, el Ginseng o la Efedra.
  
A principios del segundo milenio antes de Cristo se conocen otros importantes escritos, aunque los textos más renombrados antes de la era cristiana son el “Clásico de las Montañas y los Mares” (Shan Hai Jing, 403- 221 a. J.C.) que cita 120 sustancias de origen animal, vegetal o mineral; los “Anales de Lu de Primavera y verano” (Lu shi Chun Quiu, 206-23 a. C.) o el “Libro de Han” (Han shu, 30 a.C.).
   La edición del “Clásico Interno del Emperador Amarillo”, en la última dinastía Han (250-220 d J.C.), describe ya de una forma más sistemática el uso de las plantas medicinales chinas.
   En la India la historia es casi tan antigua como en China. La Medicina Ayurvédica recopiló también numerosos remedios medicinales.
   La Fitoterapia moderna contiene gran cantidad de plantas medicinales provenientes de la India, que se fueron introdujeron poco a poco en la cultura europea a través de la ruta de la seda.
   Sin embargo, el apogeo de esta introducción de especies indias se debió especialmente a la colonización inglesa, en un proceso similar al sucedido con los conquistadores españoles en el nuevo mundo. Los ingleses introdujeron el método científico occidental en el estudio de las especies medicinales que tenían una importancia estratégica desde un punto de vista político y militar, al tener que obtenerse los remedios medicinales de las especies autóctonas, ante la imposibilidad de importarlos de la metrópoli.


LOS GRIEGOS Y ROMANOS
   Fueron los griegos los primeros en sistematizar en Occidente el estudio de plantas medicinales en sus escritos.
   Antes de la magna obra de Dioscórides el Anazarbeo, tenemos que citar a Theofrastus Eserius, o Teofrasto (quien vivió aproximadamente entre el 370 y 287 antes de Cristo), nacido en Eresos (aunque otros opinan que nació en Tyrtamos), en la isla de Lesbos. Sus obras se datan aproximadamente en el año 314 a. C., y parece ser que muchos de sus escritos se inspiraron en otros más antiguos de Aristóteles o Platón, de los cuales fue discípulo. Muchos autores consideran a Teofrasto como el padre de la Botánica debido a que escribió un “Tratado sobre los vegetales”.
  
De esta misma época se data la existencia del padre de la medicina, Hipócrates de Cos
(460-3 77 a. C.), quien dedicó gran parte de su actividad al estudio de los remedios a base de plantas medicinales. Su legado fue el “Corpus Hippocraticum” (escrito con casi toda seguridad por seguidores de su escuela, y no por él mismo, en el año 280 a J.C.), y en él se cita ya la preparación de 250 “simples”.
   Fue el griego Dioscórides el que mayor crédito tuvo en este campo. El título del libro de Andrés de Laguna (“Pedacio Dioscórides Anazarbeo”) nos dice que su nombre de pila era Pedacio, nacido en Anazarba, una ciudad de Cilicia. Varios autores se denominaron Dioscórides, pero fue Dioscórides de Tarso el verdadero Anazarbeo, quien estuvo en Roma al servicio de los ejércitos de Nerón entre los años 54 y 58 después de Cristo.  Plinio, Escribonio y Columela, citados por Dioscórides, también fueron contemporáneos del mismo siglo I después de Cristo.
   Dioscórides describió más de 600 plantas medicinales en cinco o seis libros titulados “De Materia Médica”, que fueron el texto básico de la Fitoterapia medieval, y hasta bien entrado el siglo XVIII, en sus diversas y numerosísimas traducciones.
  Casi coetáneo de Dioscórides podemos citar a Plinio el Viejo, también llamado Caius Plinius Secundus, quien publicó una extensísima “Historia Natural” en la friolera de 37 tomos, algunos de los cuales están dedicados a las plantas bienhechoras utilizadas en los albores de la era cristiana.
   El conocidísimo Galeno (131- 200) trató también extensamente las plantas medicinales, creando una farmacopea con 473 especies vegetales. Fue Médico Imperial en Roma y sus libros se estudiaron en todas las facultades hasta bien entrada la Edad media. La medicina galénica deriva del método de mezclar distintos remedios en dosis previamente establecidas y mediante una forma de preparación refinada para los conocimientos de entonces, y fue Galeno quien codificó y sistematizó por primera vez estos remedios, que provenían tanto del reino vegetal, como del animal o mineral.


 

 

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