martes, 28 de junio de 2016

La Fiebre del Heno, 2ª parte


¿Qué causas tiene la fiebre del heno?
   Las causas del origen de la alergia siguen siendo, en algunos aspectos, desconocidos. Sin embargo, se sabe que el catarro alérgico es una enfermedad que, junto al asma bronquial y la neurodermitis, aparece en personas con una determinada propensión o carácter hereditario a las enfermedades alérgicas (los hijos de padres alérgicos tienen un mayor riesgo de incidencia en el transcurrir de sus vidas).
   Las alergias suelen adquirirse a lo largo de la vida, a menudo en edades tempranas, y el desarrollo de la enfermedad se produce a partir del contacto repetido con las sustancias desencadenantes de la alergia.
  Actualmente, en nuestra vida diaria estamos expuestos a una mayor cantidad de sustancias desencadenantes de alergias (se conocen más de 10.000) que en el caso de generaciones anteriores. Se discute si las vejaciones al medio ambiente llevarán a un incremento de las alergias, una teoría que se apoya en la observación del hecho que la población urbana sufre cada vez más de Polinosis, aunque la concentración de polen de flores sea mayor en el campo. Posiblemente, el mayor contacto con un gran número de otras sustancias alergénicas provoca un desgaste excesivo del sistema inmunológico.

El papel de las emociones
   La esfera psicológica interviene de un modo importante en el origen de la alergia y también en el factor desencadenante de un cuadro en particular. Las experiencias emocionales en la infancia o incluso en la fase intrauterina, con poca capacidad de respuesta y con las connotaciones de “miedo, susto, pánico o aprehensión”, son las verdaderas causas de la hipersensibilidad que más tarde conducirá a una alergia específica. Parece claro que el sistema inmunológico pierde su código de identificación, se vuelve más sensible de lo normal a las sustancias extrañas, y paralelamente se da un aumento de sensibilidad emocional. Esta situación puede darse incluso en la vida intrauterina del feto y ocasionar reacciones alérgicas tempranas.
   Por otra parte, la reacción emocional también puede actuar como desencadenante de un cuadro alérgico.   Existen casos de personas que desarrollan una crisis alérgica simplemente al mostrarles una foto de la planta que relacionada con su cuadro. En otras situaciones, estas reacciones alérgicas se producen al “sensibilizar” al paciente identificando sus conflictos o sus verdaderas causas psicológicas, o bien cuando el tratamiento homeopático desbloquea estos sentimientos que afloran al exterior, en lo que llamamos “crisis curativa”. Las situaciones de desbloqueo normalmente pueden producir manifestaciones paradójicas, que aunque pueden malinterpretarse como un empeoramiento, lo que hacen es provocar la propia capacidad reactiva del paciente.  Esta situación es el primer paso hacia la curación, si contamos con el conocimiento previo por parte del paciente y una buena terapia de apoyo.
   Pero ante todo, conviene recordar que los fenómenos alérgicos, al igual que otras enfermedades de manifestación externa, se curan “desde dentro y hacia fuera», es decir, nunca debe suprimirse su manifestación sintomática, ya que desarrollan mecanismos de conversión, buscando otra vía de expresión cutáneo-mucosa.


¿Qué desencadena el catarro alérgico?
   El desencadenante directo del catarro alérgico es el polen de las plantas polinizadas (espolvoreadas) por el viento, que se produce en grandes cantidades. Por ejemplo, la cifra de polen liberalizado de una espiga de centeno, asciende a millones de partículas que, con el viento, se reparten a grandes zonas. Dado que 50 partículas de polen son suficientes para desencadenar molestias de Polinosis, es difícil protegerse de ellas.
   Se conocen algunos cientos de plantas cuyo polen puede desencadenar el catarro alérgico. Aunque la fecha de la floración es distinta según cada variedad, el vuelo del polen comienza entre los meses de febrero y abril, y su etapa principal transcurre entre abril y junio, cuando florecen los campos. Finalmente, la tercera fase de este proceso se da entre junio y agosto, cuando las flores de las hierbas se añaden a esta carga.

  Como se ha visto, la fase temporal de la liberación del polen de plantas alergizantes es predecible y el tiempo de aparición de las clases de polen que más usualmente conducen a la polinosis está ordenado en el calendario de vuelo del polen (ver mapa de polinización y cuadros). Este esquema puede ayudar a los afectados a determinar las etapas en las que las moles- das son más importantes.
   Pero además del calendario, hay otros factores que influyen en la extensión del polen, que pueden hacer variar las tablas, como por ejemplo el viento, los climas regionales o la altitud. También hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en una región montañosa se debe contar con una liberación de polen más tardía, o que la concentración de éste en el aire también tiene una clara oscilación horaria, existiendo una concentración mayor en las horas tempranas de la mañana.


Otros factores
   Junto al polen hay otras sustancias que, durante el año, provocan catarro de tipo alérgico, como el polvo de la casa, los hongos o las excreciones de animales (perros, gatos, pájaros...).
   Las secreciones del ácaro del polvo de la casa se encuentran entre las sustancias principalmente causantes de la alergia. Este ácaro es un inquilino permanente del hombre, muy difícil de eliminar, que prefiere un entorno ligeramente húmedo y una buena temperatura, y que se alimenta de escamas de la piel, que por las noches caen en las sábanas.
   Las esporas y proteínas de hongos presentes en el aire de las habitaciones interiores de la casa también pueden ser desencadenantes de alergias. El moho se desarrolla preferentemente en sitios húmedos, calientes y oscuros, como las esquinas y nichos de cuartos de baño y sótanos, y algunas de las medidas arquitectónicas destinadas a proteger del ruido y del calor, favorecen las condiciones climáticas para la aparición habitual de estos “alergenos” potenciales.
   En los meses de julio y septiembre, las esporas de los hongos se forman en el “compost” y en las hojas caídas, lo que hace que en esta época del año empeoren ocasionalmente las molestias en los casos de catarros alérgicos que duran todo el año.


 

 

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