jueves, 21 de julio de 2016

Huesos como reforzarlos, 1ª parte


Algunos de los desequilibrios nutricionales más frecuentes son un factor de riesgo de la osteoporosis, actualmente un problema de Salud Pública.
Un consumo adecuado de frutas y hortalizas contribuye a su prevención.
Algunos datos sobre el hueso

   El hueso es un tejido extraordinariamente importante para nuestro organismo, tanto desde el punto de vista
cuantitativo como cualitativo. Representa un 16 % del peso corporal, siendo un 60-65 % mineral.
   Desempeña múltiples funciones, mantiene la estructura corporal, protege vísceras y tejidos, alberga la médula ósea y es esencial para el movimiento. Se trata de un tejido dinámico que está en constante renovación, síntesis
(formación) y resorción (destrucción) durante toda la vida. En los primeros períodos de la vida, durante toda la fase de cre
cimiento y hasta los 30 años, el proceso de síntesis es más importante. El pico máximo
de masa ósea parece alcanzarse hacia esa edad, y pocos años después empieza a predominar la resorción, es decir, se empieza a perder hueso, éste es un proceso lento conocido como osteopenia fisiológica. Así, por ejemplo, se estima que la pérdida fisiológica de hueso es del orden de un 30 % para el hombre.
   En el caso de la mujer hay que añadir a esta pérdida propia de la edad, la que se produce tras
la menopausia debida a causas hormonales, en total, algunos autores señalan que puede llegar a perder el 50 %
de su masa ósea durante la menopausia.

OSTEOPOROSIS, FACTORES DE RIESGO
   La osteoporosis es la resultante de un desequilibrio entre los procesos “programados” de síntesis y resorción del hueso en favor de esta última, que puede producirse por múltiples factores, teniendo como consecuencias, a nivel del tejido, una pérdida de masa ósea y una alteración de la micro-arquitectura del hueso, y como manifestación clínica la fractura: fémur, cadera, muñeca, vértebras... Una de las características principales de estas fracturas es que se producen con mínimos impactos (fracturas “espontáneas”), y son más frecuentes en el llamado hueso trabecular (o esponjoso, que representa un  20-25 % del hueso total del esqueleto. Se trata de un síndrome común en los países desarrollados, que afecta principalmente a la mujer, la actualidad se considera que aproximadamente 3 millones de mujeres españolas sufren osteoporosis. Las causas de esta diferencia entre sexos hay que buscarlas en las modificaciones hormonales consecutivas a la menopausia, una mujer puede perder durante los 5 primeros años de menopausia (que es un período fisiológico y no una enfermedad) el 15 % de la masa ósea.

Además del sexo existen otros factores de riesgo:
- Edad avanzada
- Sedentarismo (el ejercicio aeróbico practicado de forma regular es fundamental en todas las etapas de la vida)
- Herencia (antecedentes familiares)
- Amenorrea en la mujer joven (dietas muy restrictivas, anorexia nerviosa, práctica deportiva intensa...)
- Factores comportamentales (tabaco, alcohol, exceso de café...)
- Desequilibrios pondérales (tanto obesidad como delgadez)
- Raza blanca
- Trastornos intestinales (que interfieran en la absorción normal de los nutrientes necesarios)
   Por último debo señalar, por supuesto, los desequilibrios nutricionales que son el objetivo principal de este artículo.


El ejercicio practicado de forma regular es fundamental en todas las etapas de la vida
EL MODELO ALIMENTARIO ACTUAL

   En la gran mayoría de los países ricos se observa una ingesta energética que supera con frecuencia las necesidades
(condición sine qua non para la aparición de sobrepeso u obesidad), una excesiva ingesta de proteínas y grasas (que proceden mayoritariamente de alimentos de origen animal) y un aporte inferior al de las recomendaciones en glúcidos complejos (almidón) y fibras alimentarias, ambos sólo presentes en los alimentos de origen vegetal, y también en muchos casos por una ingesta subóptima de micronutrientes (vitaminas y elementos químicos).
Efectivamente, éstas son las traducciones nutricionales de los cambios alimentarios experimentados en este último siglo, que pueden definirse en gran parte como una “animalización” y “refinamiento” de la dieta.
   Estos desequilibrios pueden considerarse hoy como factores de riesgo nutricionales de las llamadas enfermedades de la civilización, entre las que figura en la actualidad la Osteoporosis acompañando a la Aterosclerosis, la hipertensión, la obesidad, la diabetes no insulino dependiente, el cáncer y el estreñimiento.   Al hablar de este aspecto de la relación que existe entre alimentación (o nutrición) y salud, dos cuestiones son de obligada aclaración:
1) Todas las alteraciones citadas tienen en común el hecho de ser multifactoriales, es decir, que múltiples factores (no sólo nutricionales) pueden contribuir a su aparición.
2) En ningún caso se puede establecer una relación causa-efecto entre un factor nutricional (o un alimento) y una patología concreta, pero sí, en todo caso, correlaciones positivas o negativas, de ahí que se presenten los factores nutricionales como factores de riesgo.
Ciertos  desequilibrios nutricionales pueden considerarse como factores de riesgo de
la Osteoporosis, Aterosclerosis, hipertensión, obesidad....
 

La Osteoporosis es un problema de salud pública que genera un coste social enorme y tiene como tratamiento de elección la prevención.

Múltiples factores pueden estar implicados en su desarrollo, entre los que pueden figurar algunos de los desequilibrios nutricionales presentes habitualmente en nuestro modelo alimentario.

Las medidas dietéticas a considerar para su prevención y control pueden incluirse en cualquier plan dietético que tengan por objeto buscar el equilibrio alimentario y nutricional, plan en el que, por múltiples razones, la ingesta adecuada de frutas y hortalizas ocupa un lugar destacado además de por sus cualidades nutricionales por sus características organolépticas.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario