lunes, 25 de julio de 2016

La impotencia; Causas y tratamiento natural, 3ª parte


Los hombres que sufren de Impotencia suelen ser más vulnerables emocionalmente
Causas psicológicas
Se dan dos tipos de causas psicológicas (no excluyentes entre ellas).
• Causas inmediatas
  
Entre estas causas destacan el temor al fracaso sexual y al abandono de la pareja, la presión por las exigencias sexuales propias y de la pareja y la incapacidad de abandono al sentimiento erótico. Todas producen una ansiedad ante el acto sexual que actúa directamente sobre los reflejos fisiológicos que producen la erección.                                                                                                                                                                            • Causas profundas
  
Entre estas causas aparecen diferentes teorías explicativas que pueden ser válidas en casos concretos, y algunas tienen relación con una inmadurez afectiva relacionada sobre todo con un complejo de Edipo no resuelto. Así, sobre los cuatro años, el niño presenta deseos incestuosos hacia la madre, al mismo tiempo que ve al padre como un rival al que quiere matar, quiere a la madre para él.
   A la vez, el temor a que el padre descubra esos deseos incestuosos y se vengue -castrándolo-, hace que renuncie al objeto sexual materno y busque
una identificación con el padre. Si el conflicto de Edipo no se resuelve como se acaba de describir, permanecerán los deseos incestuosos primarios junto al miedo de ser descubierto y los sentimientos de culpa (por esos deseos) y se reproducirá con la pareja la situación edipiana.  La mujer adopta la identidad de la madre, se convierte en algo inconscientemente prohibido y por eso el hombre no puede llegar a penetrarla y/o a eyacular.
   Esto explicaría por qué hay hombres perfectamente capaces de tener erecciones normales y eyacular en contactos sexuales ocasionales y no con sus mujeres.
   También parece ser que si en momentos críticos del desarrollo sexual del niño la excitación sexual se asocia a consecuencias negativas, pueden favorecerse posteriormente conflictos sexuales, ansiedad e impotencia. Así, por ejemplo, cuando el niño descubre sus genitales y empieza a tocárselos, silos padres lo riñen severamente, lo castigan o lo amenazan, puede acabar viviendo la excitación sexual como productora de ansiedad y malestar.
   La Teoría de Sistemas ve también como posibles causas de la impotencia las interacciones destructivas en el seno de la pareja. En estos casos, los problemas sexuales pueden ser tanto causa como consecuencia de una mala relación de pareja, en la que se den reproches y humillaciones mutuos.
   Asociadas a las causas psicológicas inmediatas y profundas, en hombres que sufren de impotencia, aparece una mayor vulnerabilidad emocional y susceptibilidad a situaciones tensas. Esta vulnerabilidad se asocia con el funcionamiento de los mecanismos de defensa a la hora de encajar algunos fallos en la erección. Esto puede explicar en parte por qué algunos hombres no dan excesiva importancia si surge algún problema, y otros en cambio sienten enseguida que su virilidad está afectada.
   Existen muchas diferencias individuales en cuanto a la tolerancia al estrés. Hay hombres que presentan unos niveles muy bajos y esto hace que al mínimo grado de tensión hiperreaccionen con la falta de erección. Son más propensos a somatizar En esta susceptibilidad intervienen tanto factores constitucionales como experiencias negativas en momentos críticos del desarrollo.


El diagnóstico adecuado
   Es necesario hacer una evaluación diagnóstica de la disfunción eréctil para facilitar los consejos destinados a un correcto tratamiento o ayuda posterior. La evaluación clínica básica debe ser individualizada y en principio no tiene porque ser costosa ni agresiva. Sus objetivos iniciales son la identificación de los factores de riesgo que puedan ser tratados inmediatamente. Esta evaluación ofrece una idea de la gravedad de la disfunción, lo que ayudará a seleccionar el tratamiento. Si la disfunción precisa de un tratamiento, el paciente invasivo debería ser remitido a un urólogo especialista en disfunción eréctil, para una revisión más exhaustiva.
   En la evaluación básica de todos los pacientes con disfunción sexual debe incluirse, la historia de su función sexual, la historia médica y la psicológica, el uso de medicamentos, la exploración física y algunos análisis sencillos.


La medicación tiene un papel importante en el 25% de los casos de disfunción eréctil
1. Historia de la función sexual
En este análisis hay que valorar:
- Aparición de la disfunción eréctil (gradual o repentina, duración y evolución).
- Forma de la presentación de la disfunción (diferenciar si la dificultad está en conseguir la erección o en mantenerla).
- Calidad actual de las erecciones (hay erecciones incompletas pero que permiten la penetración de forma normal, sólo en ciertas posiciones, o sólo bajo ciertas circunstancias, lo cual es detectado fácilmente por el paciente).
- Estímulos que se precisan para conseguir la erección (si es suficiente con el propio acto sexual o si precisa de autoestimulación previa) y existencia o no de erecciones al despertarse.
- Otros temas sexuales distintos a la disfunción eréctil como son la libido, la eyaculación, el orgasmo, la disponibilidad, el interés de la pareja para el acto sexual, así como variaciones del estado de salud en general del paciente y los relacionados con la aparición de la disfunción.
2. Historia médica
  
En ella se incluyen los episodios de enfermedades y actos quirúrgicos, buscando la posible causa en ellas de disfunción eréctil. Se debe interrogar sobre posibles tensiones, problemas de relaciones interpersonales, trastornos afectivos, depresiones, o otras situaciones que puedan asociarse a la disfunción eréctil.
   Asimismo, es obligatorio realizar el interrogatorio sobre las sustancias activas o medicamentos que se toman o han tomado (historia farmacológica), ya que la medicación desempeña un papel importante en el 25 % de los casos de disfunción eréctil. Los fármacos o principios activos que dañen los mecanismos de control de la fisiología de la erección del pene pueden generar disfunciones de ésta. Son sustancias potencialmente adversas;
- Los neurolépticos y antidepresivos (tranquilizantes, despresores de las funciones del sistema nervioso central y del vegetativo)
- Las sustancias que intervienen en el sistema cardiovascular con acción vasodilatadora (aumentan el calibre de los conductos arteriales y la sangre penetra en los sinusoides del tejido eréctil con menos presión, lo cual dificulta la erección). Los principios activos con acción diurética provocan un proceso similar (favorecen la eliminación de líquido del sistema circulatorio por vía renal y, al haber menos cantidad de líquido en el mismo conducto circulatorio, disminuye la presión, repercutiendo en la erección).
- Los productos antiandrogénicos o con efectos antiandrogénicos. (Los andrógenos presentan una acción virilizante, destacada principalmente en los órganos sexuales).                                                                                      
- Los fármacos sin prescripción médica con efectos adversos a la erección: el alcohol, el tabaco, los narcóticos (sustancias que producen sueño o estupor) y otras sustancias ilegales.
   Por otra parte, la exploración física comienza con una atención especial al desarrollo masculino y genital, a la anatomía genital y al funcionamiento neurológico y vascular. Por ejemplo, pueden darse deformidades o fibrosis del tejido eréctil que producen una erección dolorosa. La ausencia de anormalidades en la posición, tamaño y consistencia de los testículos también puede sugerir alteraciones en el sistema hormonal sexual.
   La exploración neurológica, con una evaluación de la sensación genital y perineal (región anatómica que se encontraría en contacto con una silla de montar a caballo), puede revelar alguna causa neurológica para la disfunción eréctil., mientras que una exploración cardiovascular básica que incluya la presión arterial y los pulsos periféricos puede indicar una causa vascular.
   Las pruebas de laboratorio sobre unos análisis básicos tienen como objetivo investigar si alguna causa previa no diagnosticada puede estar contribuyendo de alguna manera a la disfunción eréctil. En algunos casos, un análisis de orina rutinario puede revelar anormalidades como la glucosuria (glucosa en la orina que se presenta en casos de diabetes) y la proteinuria (las proteínas presentes en la orina son índice de fallo o insuficiencia renal), que pueden ser causa de impotencia en el hombre.
3. Historia psicológica
   Tras descartar cualquier base orgánica como causa de la impotencia sexual, para poder establecer un diagnóstico de disfunción eréctil desde una perspectiva psicológica, el curso del trastorno en el momento de la consulta debe haberse padecido durante un mínimo de seis meses y darse como mínimo en un 25% de las relaciones sexuales.
   Asimismo, la depresión que manifiesta el hombre cuando solícita ayuda puede ser tanto causa de trastorno (depresión primaria) como consecuencia de él (depresión secundaria). Si se trata de una depresión primaria, no se puede establecer un diagnóstico de impotenciaper se”, por lo que la intervención irá encaminada a tratar en primer lugar la depresión.
   En cambio, silo que se esta dando es una depresión secundaria el tratamiento se centrará prioritariamente en la impotencia sucede con las desavenencias conyugales, ya que pueden ser tanto causa como efecto de unas relaciones sexuales deficitarias.


 

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