jueves, 3 de noviembre de 2016

Síndrome pre-menstrual y su tratamiento con Homeopatia, 1ª parte


   Alrededor de un 40% de mujeres jóvenes consultan a su médico acerca de molestias más o menos leves que padecen durante los días previos a la menstruación y que se manifiestan cíclicamente. Estos síntomas acostumbran a aparecer una semana antes de la menstruación, aunque en casos más graves acontecen desde el inicio del período post-ovular y desaparecen la víspera o el primer o segundo día del inicio de la regla. A estas molestias se les denomina el síndrome premenstrual (S.P.M.).
   La manifestación orgánica más característica del S.PM., es la congestión mamaria y abdomino-pélvica, asociada a trastornos psíquicos que dominan en general el cuadro y a una serie de múltiples manifestaciones extragenitales hepáticas, cardio-vasculares, respiratorias, neurovegetativas, alérgicas, dermatológicas, urinarias, ósteoarticulares o metabólicas.
   Todas estas manifestaciones expresan la manera cómo la mujer siente este período. Por eso y en función de la persona, varían en cuanto al número e intensidad y no aparecen de un modo constante, como cabría esperar si obedeciera a una causa exclusivamente orgánica.
Causas del síndrome pre-menstrual
   Los balances hormonales en la mujer están sujetos a múltiples factores no muy bien conocidos. Lo cierto es que se han postulado diversas teorías al respecto sin encontrar una determinante, el hiperestrogenismo relativo por insuficiencia de la hormona hipofisaria de control ovárico LH, la teoría alérgica, la influencia del psiquismo...
   A partir del descubrimiento de los factores hipotalámicos de control (el hipotálamo controla las secreciones hormonales de nuestro organismo), vemos que la regulación hormonal esta influida por las neuro-hormonas, unos mecanismos de control superior a las propias hormonas femeninas.
   Su regulación se hace a través de mediadores químicos de la información neuronal (neurotransmisores) como la dopamina, la serotonina y quizás la noradrenalina y la acetilcolina. Por ello, se puede asegurar que las influencias provenientes de estímulos sensoriales y de diversos estados de estrés psíquico, intervienen en el mecanismo de regulación hormonal de la mujer.
   Por otra parte, se admite que la aparición de un S.P.M. puede ser debida a los cambios hormonales de una infección genital baja o a infecciones de la estructura genital interna de la mujer. En otro orden de cosas se observa que la aparición del S.P.M. en el período de la pre-menopausia, está ligado a las alteraciones en el balance hormonal de la mujer producidas por un hiperfoliculinismo (aumento de FSH) y el aluteinismo (desaparición o disminución de la LH), como causa de aparición tardía de este síndrome en mujeres que pierden su actividad hormonal en el climaterio o menopausia.


Síntomas orgánicos y mala adaptación
   La no reconciliación con la propia feminidad subyace en la mayoría de los trastornos del ciclo menstrual y en muchos otros síntomas del campo sexual.
   En nuestra sociedad la expresión femenina de la regla tiende a ser abolida, pues representa una incomodidad difícil de conllevar en una sociedad competitiva como la nuestra. Incluso se relacionan ciertas alteraciones psicológicas de la mujer a la pregunta en tono irónico de “si se tiene la regla”.
   La publicidad explota hábilmente el “conflicto básico” de la mujer, asociando la imagen de una mujer activa, libre e independiente a aquella que pasa de la regla, que no se preocupa los dolores previos, ni cambia ningún hábito durante la misma. Este concepto negativo de rechazo hacia las facetas biológicas femeninas, impuesto socialmente, hace que se manifiesten impulsos contrarios de identidad que producen un efecto nocivo en nuestro organismo. Cuando una mujer no está conforme con la regla y los cambios que anteceden, se producen trastornos y dolencias. Éstos indican que, de un modo inconsciente, la mujer se revela a no aceptar lo que trae consigo la condición femenina, sujeta a las manifestaciones orgánicas producidas por los cambios hormonales cíclicos. Ante tal situación, el organismo trata de manifestar esta discordia entre realidad e inconsciente elevando la sensibilidad de la mujer en sus cambios biológicos.
   La falta de una identidad femenina propia trae consigo problemas fisiológicos mayores a los propios cambios hormonales que sufre la mujer en relación a su fecundidad y sexualidad, dando como resultado una “señal de alarma” que hay que saber interpretar:


Capacidad de respuesta y adaptación al medio
   Las actitudes de mala adaptación de nuestro comportamiento a las circunstancias que vivimos, producen un proceso de alerta mental denominado ‘estrés biológico”. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de buscar mecanismos adecuados de compensación a una respuesta biológicamente no aceptable.
   No podemos vivir a espaldas de nuestra propia capacidad de reacción, ya que ésta no se puede modificar a voluntad, sino que está sujeta a distintos códigos de respuesta predeterminados.


 

 

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