jueves, 15 de diciembre de 2016

Alimentacion infaantil, 2ª parte


La principal finalidad de la nutrición es la
creación de energía para la vida y el posterior
desarrollo del ser
   Es frecuente la tendencia a endulzar los alimentos que se dan al bebé. Esto es erróneo, ya que si bien es cierto que el sabor dulce es el que más agrada a los bebés, hay que saber que el niño tiene la capacidad de reconocer todos los sabores, y que todos ellos deben ser preservados en su fisiología, ya que cada uno desarrolla una función.
   Los alimentos tienen a su vez diferentes sabores, y es bueno no enmascararlos con nada, aunque sea sólo por tratarse de una forma de acercarse a la naturaleza en toda su amplitud de sensaciones.
   Podemos tener la seguridad de que con un equilibrio nutricional correcto
y con alimentos de cultivo biológico (que, en si mismos, ya son equilibrados), podremos lograr un desarrollo intelectual óptimo y un desarrollo físico armonioso sin problemas de salud, transmitiendo alegría y felicidad a toda la casa y también a toda la familia.
   El niño que se alimenta
y crece en este entorno tendrá en su haber las bases de una salud para toda la vida. Si este tipo de alimentación se mantiene en un futuro, cuando el niño ya es más grande, éste se estará introduciendo en el aprendizaje de lo que podrá ser su elección de adulto.

La función de la saliva
   La saliva se produce en unas glándulas situadas alrededor de la boca, cuando éstas son estimuladas por la presencia de alimento, la dentición o la introducción de objetos en a boca. Así, por ejemplo, el niño empieza a babear aproximadamente a partir de los 4 meses.
   La salva cumple una importante misión fisiológica y es vital para el un funcionamiento del organismo. Por un lado tiene propiedades digestivas, ya que contiene sustancias capaces e comenzar la digestión de los alimentos. De este modo, para que se produzca el inicio de la digestión, los alimentos deben pasar un cierto tiempo en la boca ensalivándose.
   La saliva tiene también virtudes antiinfecciosas, ya que contiene sustancias como las inmunoglobulinas, que mantienen la cavidad bucal parcialmente libre de infecciones. Este factor tiene una gran importancia, ya que la boca es una puerta de entrada de los gérmenes en nuestro organismo y, por tanto, constituye un paso de acceso a las infecciones.
   La tercera función de la saliva radica en la lubricación. Al mantener húmeda la boca, los objetos que entran y salen de ella, lo hacen con facilidad. Las mucosas que recubren la encía, la lengua, etc..., se mantienen sin ulceraciones y con la tersura necesaria para cumplir con su función.
   Por estos motivos es importante que desde temprana edad se enseñe al niño a masticar muy bien la comida, ya que de esta forma se está predigiriendo el alimento.


Qué es la dieta equilibrada
   Cuando se habla de dieta equilibrada, se parte de una base errónea, ya que si los alimentos no son completos, será difícil equilibrarlos en una dieta. Esto quiere decir que en primer lugar es el propio alimento el que debe estar equilibrado en si mismo, es decir, no se le debe haber añadido ni extraído nada. En este sentido también es importante tener en cuenta la procedencia de los alimentos, ya que si éstos tienen como origen la agricultura química, además de contener tóxicos para nuestro organismo, los tratamientos que hayan sufrido los alimentos pueden haberlos desequilibrado.

Todos los nutrientes necesarios
• Proteínas
Son las principales componentes de las células y reguladoras de cada una de las actividades vitales. Están compuestas por aminoácidos que son las sustancias que asimila nuestro organismo. Son indispensables en la fase de crecimiento del niño. Se hallan en la lactancia materna, las legumbres, huevos, semillas oleaginosas, lácteos, verdura, cereales y frutos secos.
• Fibras vegetales
Sirven y aumentan la velocidad del tránsito intestinal, se hallan en los cereales integrales, legumbres, fruta fresca, frutos secos y verduras.
• Grasas
Poseen un elevado contenido energético y se almacenan en el organismo como reserva energética. Se hallan en los aceites vegetales y lácteos.
Hidratos de carbono
Pertenecen a este grupo los azúcares y los almidones. Estos liberan durante su metabolismo la energía necesaria para el desarrollo de todos los procesos vitales, interviniendo en la composición de todas las estructuras corporales y aumentando la grasa corporal.
   Se hallan en los almidones (cereales y derivados, tubérculos, legumbres, frutos secos,
…) y azúcares (miel, galletas, dulces, etc.).

 

 

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