lunes, 19 de diciembre de 2016

Alimentación infantil natural, 6ª y última parte


HUEVOS Y LÁCTEOS
Los huevos
  
El Huevo debe ser la proteína patrón en la dieta del niño, aunque no hay que tener prisa para introducirlo, ya que podría resultar alergénico.
   Los huevos deben proceder de gallinas de corral, siguiendo los métodos de la avicultura biológica, para garantizar una verdadera calidad y fecundación.
Cómo preparar el huevo: Calienta en un cazo agua y una pizca de sal marina. Cuando el agua empiece a hervir, échale el huevo que habrás lavado previamente, apaga el fuego y tapa el cazo, dejándolo reposar durante 10 minutos. La clara quedará cocida y la yema semicocida, conservando todas las propiedades del huevo crudo, siendo además más digestivo. En un principio únicamente hay que dar al bebé la yema, diluyéndola con un poco de agua, caldo de verduras o leche de cereales, añadiéndola a la papilla y siguiendo la pauta de las tres P (dar el alimento poco a poco, progresivamente y periódicamente). A partir del primer año de vida se puede incorporar a la alimentación del bebé la clara del huevo.

Los lácteos
  
Es aconsejable dar los lácteos en forma de yogur, kefir o requesón e indiscutiblemente es preferible que estén hechos en casa con leche de ganadería biológica. El kefir (existen personas que ofrecen fermento (madre) de kefir) debe darse inmediatamente después de hecho, ya que se inicia una fermentación alcohólica que no interesa.                                                                                                                                                                     ¿Cómo elaborar el requesón? Para hacer el requesón necesitas un litro de leche y un limón. Calienta la leche y cuando empiece a hervir añádele el zumo de un limón. Remueve el líquido con una espátula de madera, apaga el fuego, dejándolo reposar unos minutos. Cuélalo para separar el cuajo del suero.
   Al principio, se debe dar el requesón al bebé mezclado con un poco de suero, para darle una consistencia similar a la crema.
Frutas: zumos y papillas
Zumo de naranja y zumo de mandarina
   Para elaborar estos zumos es preferible utilizar un exprimidor de acero inoxidable y un vaso opaco. El vaso es necesario porque los cítricos, en contacto con la luz, pierden su contenido en Vitamina C con mucha rapidez hasta un 50%), por lo que se aconseja hacer el zumo justo antes de dárselo al bebé. También es aconsejable tomarlo por la mañana, ya que la Vitamina C es muy activa.
   Existen dos factores importantes a tener en cuenta: las naranjas o mandarinas deben estar a temperatura ambiente (nunca recién salidas de la nevera) y hay que lavarlas antes de exprimirlas.


Zumo de manzana y zumo de pera
   La manzana y la pera son frutas neutras, lo que significa que pueden darse con otros alimentos, tanto si son grasos como dulces. Para obtener el jugo se deben lavar, pelar y rallar estas frutas, y luego colocarlas en una gasa y presionarla con los dedos. También se puede utilizar la pulpa para darla al niño como papilla.

Zumo de melocotón y zumo de uva
   El melocotón es altamente energético y muy digestivo, ligeramente laxante y diurético. Se prepara igual que el zumo de manzana y también puede darse en forma de jugo o papilla, pero nunca debe mezclarse con otros alimentos, excepto con frutas neutras como la manzana y la pera.
   Las uvas son altamente energéticas y, en tiempo de calor y en su estación, son depurativas y calman la sed, aunque deben tomarse lejos de las comidas. Para preparar el zumo se separan todos los granos del racimo y se lavan bien. Luego se colocan en un colador y se aplastan ahí mismo con los dedos o con una mano de mortero. El zumo sale de inmediato y listo para tomar.


El plátano
   Este fruto, muy nutritivo, se debe escoger bien maduro y de cultivo biológico. Debe darse siempre solo (únicamente puede mezclarse con la manzana).
   Para obtener la papilla, hay que lavar y pelar el plátano y, una vez retirados los hilos, raspar la superficie con el dorso de un cuchillo para eliminar la rugosidad que lo caracteriza. Posteriormente se chafa y se bate con un tenedor.


Compota de manzana
   Las manzanas de cultivo biológico se pelan y se ponen a hervir con un poco de agua sin añadir azúcar. Cuando están bien cocidas, se les añade un poco de kuzú (previamente se habrá diluido en un poco de agua fría) y se dejan hervir un par de minutos más La compota deberá comerse cuando ya no esté caliente

Hortalizas: zumos, caldos y papillas
Caldo de verduras
  
La zanahoria constituye la base del caldo de verduras, a la que añade, cebolla, calabaza, puerro, algo de nabo, apio y otras hortalizas biológicas.
   Una vez limpias (las hojas de acelga y
espinacas se escaldan previamente con agua hirviendo durante un par de minutos), las verduras en agua fría y se calientan a fuego moderado, de esta forma dejan en el caldo todas sus sustancias nutritivas En los primeros meses, este caldo sirve como base para la cocción de los cereales, para hacer sopas, cremas, para diluir otros alimentos o bien para hacer una crema de zanahoria. Hay que señalar que no se usará la sal en ninguna de estas cocciones, ya que los alimentos llevan sus propias sales.

Puré de verduras
   Para realizar el puré de verduras se utilizan hortalizas de raíz como la zanahoria, el puerro, el nabo o la cebolla, a las que se añaden otras como el calabacín, además de las hortalizas de hojas como la acelga o la espinaca.
   Estos componentes se colocan en una cazuelita, cortados a trocitos muy pequeños, siguiendo la estructura de cada hortaliza, es decir, con cortes alargados en algunos casos o en rodajas. Es conveniente apuntar que a la hora de elegir las hortalizas, se deben escoger preferentemente aquellas cuya forma es “normal”, puesto que una zanahoria con una forma retorcida o diferente no tendrá los mismos nutrientes que una que se ha desarrollado de forma normal.
   Las verduras se cubren con agua y se hierven a fuego lento hasta que estén cocidos (aproximadamente unos 17 minutos), para que conserven mejor las vitaminas.


Zumo de zanahoria
   La zanahoria es una de las hortalizas más apreciadas por el hombre, gracias a su contenido en Vitamina A, su excepcional riqueza en Vitamina B y C, y sus cantidades de Provitamina A o caroteno. También es muy interesante su contenido en sales minerales como el hierro, fósforo, calcio, etc.
   La zanahoria es tónica, mineralizante, una importante reguladora del sistema digestivo e intestinal, antidiarreica y al mismo tiempo ago laxante.
   La zanahoria se ralla y la pulpa se pone en un plato, envuelta en una gasa de algodón. Ésta se comprime con los dedos hasta conseguir que suelte el jugo. Los primeros días de la toma se rebaja el zumo con agua a la mitad, luego es suficiente rebajarlo a razón de 1 parte de agua por 3 de zumo. Es necesario aplicar estas medidas hasta los 9 meses si el zumo se da al bebé en forma de bebida, pero no se deben tener en cuenta si se incorporan a una crema o puré de verduras. .


 

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