miércoles, 19 de julio de 2017

Afecciones respiratorias, 2ª parte


Resfriado común o catarro
  Es una infección aguda del tracto respiratorio, generalmente febril, que afecta a la nariz, la garganta y la laringe, y en ocasiones a la tráquea y los bronquios. Esta enfermedad contagiosa se transmite por el aire o por las partículas que la persona afectada expulsa cuando respira, estornuda o tose. Su causa es el virus que infecta la membrana mucosa de la nariz y la garganta, y el frío o la humedad son factores predisponentes para su aparición.
Síntomas
   El proceso, que suele durar aproximadamente una semana, se inicia con escozor de garganta, estornudos, obstrucción nasal y secreción acuosa que luego se vuelve mucosa. El olfato, el gusto y a veces el oído se hallan disminuidos. La intensidad de los síntomas es variable y generalmente afecta al estado general del enfermo, que sufre malestar, dolor de cabeza, etc.
Tos
   La tos es un movimiento violento y convulsivo del aparato respiratorio que sirve para expulsar, por la boca, partículas extrañas que pueden provocar molestias en las vías respiratorias. A menudo su causa es la presencia de impurezas en el ambiente (el organismo reacciona ante la irritación), aunque también puede aparecer como un síntoma más de otras enfermedades respiratorias, como por ejemplo las bronquitis (esta tos húmeda sirve para expulsar el moco).
   En otros casos, la tos seca sin expectoración puede indicar el inicio de una inflamación respiratoria.
Indicaciones terapéuticas en los procesos inflamatorios de las vías respiratorias altas
   Los procesos inflamatorios de vías respiratorias altas (VRA), habitualmente y de modo más acusado durante la época invernal, se deben a infecciones de tipo vírico o bacteriano. En casos de infección vírica es importante evitar la toma de antibióticos. También se deberían contraindicar ciertos antitusígenos centrales (derivados de la codeína) y los broncodilatadores, en los casos que no sean expresamente necesarios, puesto que en determinadas ocasiones pueden producir complicaciones o reacciones de tolerancia y dependencia.
   Las observaciones aquí indicadas pueden ayudar a facilitar el tratamiento inicial en base a terapias naturales de eficacia demostrada, de efecto reactivo orgánico sobre la propia capacidad de defensa del organismo y con ausencia de efectos secundarios y contraindicaciones.
Homeopatía
Rinofaringitis de repetición
   El tratamiento homeopático de la rinofaringitis se desarrolla a partir de la acción sobre los síntomas y la prevención de las sobre infecciones y las recidivas, por lo que la posología de los medicamentos variará en función de dichos indicadores. Si dominan los síntomas locales, el médico prescribirá bajas diluciones (4 ó 5 CH), si las sensaciones y/o las modalidades son claras, se utilizarán diluciones medias (7 ó 9 CH). Las altas diluciones (15 ó 30 CH) son generalmente utilizadas cuando la reactividad del organismo es fuerte.
   Los principales medicamentos homeopáticos para el tratamiento de las rinofaringitis son los siguientes:
• Si la fiebre se presenta de golpe:
Aconitum, Belladona o Gelsemium.
• Si la rinofaringitis comienza con escalofríos y estornudos: Nux vomica o Sticta pulmonaria.
• Si el catarro está instalado y domina la secreción: Allium cepa, Dulcamara, Pulsatilla, Kalium iodatum.
• Si la tos se presenta conjuntamente: Coralium rubrum, Coccus cacti, Rumex, Bryonia.
• Si la rinofaringitis se convierte en sinusitis: Hepar sulfur, Pyrogenium, Kalium bichromicum, Hydrastis.
• Si la rinofaringitis se convierte en bronquitis: Ipeca, Antimonium tarta ricum Blatta.
Rinitis crónicas no alérgicas
   Ante las rinitis crónicas no alérgicas, los medicamentos homeopáticos presentan diversas ventajas, como la ausencia de efectos secundarios conocidos, la posibilidad de tratar afecciones antiguas, y una mayor eficacia y rapidez. Algunos de los medicamentos homeopáticos prescritos frente a los síntomas de las rinitis crónicas no alérgicas son:
• Nariz taponada: Sticta pulmonaria Ammonium carbonicum, Sambucus, Nux vomica, Pulsatilla.
• Nariz goteante: Kalium muriaticum, Argentum nitricum, Natrun muriaticum, Nux vomica, Cinnabaris.
• Terreno digestivo: Argentum nitricum, Calcarea carbonica, Lycopodium, Nux vomica, Pulsatilla.
• Terreno ‘barométrico”: Dulcamara, Natrum sulfuricum.
• Infecciones crónicas: Pulsatilla, Sulfur iodatum, Silicea, Thuya, Medorrhinum
Rinitis alérgicas
• Si la alergia es ocasional, este tratamiento consistirá en una dilución de la sustancia alérgena (isoterapia) y un medicamento correspondiente a la circunstancia desencadenante (Ignatia y Gelsemium, por ejemplo).
• Si la alergia es estacional, se puede dar de modo preventivo, una dilución isoterápica. El tratamiento de fondo estará a menudo constituido por Sulfur, Psorinum, Arsenicum album, Natrum muriaticum, etc.
• Si la alergia es continua o anárquica en cuanto a su frecuencia o ritmo (alergia aperiódica en la que los ácaros y el polvo están normalmente implicados), el tratamiento prescrito se apoyará sobre medicamentos de fondo como la Thuya, el Medorrhinum o la Blaffa orientalis.
• En estos tres casos, suele ser necesario utilizar medicamentos antialérgicos alopáticos a la vez que se continúa el tratamiento de fondo homeopático. A medida que el terreno del enfermo mejora, la utilización de medicamentos sintomáticos (homeopáticos o alopáticos) se espaciará, para finalmente desaparecer.
• Algunos medicamentos homeopáticos sintomáticos para el tratamiento de la rinitis alérgica son el Poumon histamine, Nux vomica, Sabadilla, Allium cepa y Pulsatilla.
Fitoterapia
   Las plantas indicadas para el tratamiento de las afecciones respiratorias pueden tener distintos efectos.  Existen plantas con una acción inmunitaria, que mejoran nuestras defensas y nos protegen de las infecciones, y otras que protegen las vías respiratorias, calman la tos o ayudan a eliminar la mucosidad retenida.
   Su forma de administración varía según los síntomas y el tipo de tratamiento (si es preventivo o curativo). Normalmente se presentan en forma de infusión (dos o tres tazas al día), extractos fluidos (de 15 a 25 gotas, diluidas en un poco de agua) o, en su caso, aceites esenciales (3-4 gotas diluidas en un terrón de azúcar o en un poco de agua edulcorada, tomadas 3 veces al día). En el caso de la presentación en cápsulas, su posología vendrá dada en función de si son de polvo de planta o extracto seco y según la indicación orientativa del laboratorio.
   A continuación se detallan las plantas indicadas, sus acciones y la parte utilizada.
Plantas con actividad inmunomoduladora
   Estas plantas estimulan las defensas. Pueden tomarse antes de la aparición de las enfermedades invernales, como método preventivo (personas predispuestas, que presenten alguna inmunodeficiencia, niños o ancianos), o en la fase aguda de la enfermedad.
• Ajo (Alliurn sativum), bulbo
  
Destaca su actividad antiséptica, antibacteriana, antiparasitaria intestinal, antiinflamatoria, e inmunoestimulante, que lo hacen muy indicado en casos de enfermedades respiratorias, alergias, etc. Su toma regular durante el invierno como preventivo es de gran eficacia en la lucha contra las enfermedades infecciosas.
• Caléndula (Calendula officinalis), flores
Los heteroglicanos que contiene le confieren, al igual que la equinácea, un efecto inmunoestimulante. Sus flavonoides luteolina, vitexina, ácido clorogénico y quercetina le confieren actividad antiinflamatoria, antitérmica antiespasmódica y antiséptica (sobre todo a nivel local).
• Equinacea (Echinacea angus tifoha), raíz
  
Aunque la equinácea está considerada popularmente como el antibiótico vegetal, no se debe menospreciar su importante acción inmunoestimulante, ya que aumenta la actividad de los leucocitos y produce un incremento del nivel de interferón, producto celular natural que se forma en respuesta al virus, cuando ha habido un contacto previo con éste. En este proceso, las células infectadas por el virus liberan rápidamente el interferón, y ello produce el bloqueo en el desarrollo del virus, sin perturbar la función de las células del organismo.
   La equinácea es una buena alternativa como estimulante del sistema inmunitario, tanto en la prevención como en el tratamiento de infecciones respiratorias agudas o crónicas, así como en problemas de inmunodeficiencia, post-quimioterapia, etc.
   También se ha demostrado su efecto antiinfeccioso en el aparato digestivo o el sistema renal, por ejemplo. A nivel genital, esta planta manifiesta una acción antifúngica frente a la vaginitis provocada por la Candida albicans, y utilizada en uso tópico sobre la piel produce una defensa infecciosa local, potenciada por su efecto cicatrizante.
• Melisa (Melissa officinalis), hojas
  
Esta planta contiene un aceite esencial formado por carburos terpénicos (pineno, limoneno), alcoholes (geraniol, linalol) y aldehidoterpénicos (citral, citronelal), que le confieren propiedades inmunoestimulantes, antibióticas y antiespasmódicas. Los taninos catéquicos, los fenoles y triterpenos le otorgan una actividad antiinflamatoria y antivírica sobre la mucosa bronquial.
• Astrágalo (Astragulus gunimifer), raíz
De origen oriental, el astrágalo contiene ciertos polisacáridos, betaína, ácido fólico y quercetina, entre otras sustancias. Recientes estudios demuestran un efecto estimulador de las células T y un aumento de las funciones del sistema inmunológico en pacientes con cáncer, un estímulo de la producción de interferón y una potente actividad antivírica
• Uña de gato (Uncaria tormentosa), corteza
   Esta planta autóctona de la selva amazónica contiene numerosos principios activos entre los que se incluyen alcaloides, triterpenos, polifenoles y fitosteroles. Durante los últimos años se han realizado importantes investigaciones en Europa, principalmente en Alemania. Sus principales acciones son su efecto inmunoestimulante, antiinflamatorio, y su actividad antiviral y antitumoral.
• Shiitakee (Planta entera)
   Este hongo japonés se utiliza desde antaño por su efecto tónico-energético. Su actividad inmunoestimulante y antitumora1, viene dada por la presencia de cierros po1isacáridos. Se utiliza también como terapia coadyuvante del tratamiento de quimioterapia y radioterapia en los procesos cancerosos para preservar el estado inmunitario. También se ha podido aislar otra sustancia el AC2P, con un efecto antivírico.                                                                                                                                                                
• Milenrama (Acuillea millefolium)
  
Contiene un aceite esencial rico en sesquiterpeno de color azul, el camazuleno, de actividad antiinflamatoria y cicatrizante local. Su composición en lectonas sesquiterpénicas, flavonas y glucósidos le confieren una actrividad inmunopotenciadora, antiséptica. A dosis elevadas puede producir cefaleas y vértigos.
* El propóleo
  
El propóleo no es una planta en sí, sino que procede de la recolección de resinas de las yemas de determinados árboles,es especialmente las coníferas. Gracias a su contenido en ácido fenólico, ácido ferúlico y picembrina es un eficaz antibiótico activo frene a microorganismos que frecuentemente producen infección respiratoria. También posee propiedades antifúngicas, por su contenido en ácido caféico, cumarato de bencilo, pinocenbrina.
   Es un potente anestésico gracias a los aceites esenciales
que contiene y que se utiliza como preventivo en el tratamiento de las infecciones broncopulmonares y otorinolaringológicas.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario