Factores desencadenantes
La aparición de la celulitis
puede deberse a un amplio abanico de causas, que van desde desequilibrios
hormonales a malos hábitos de vida.
• El sexo
Se estima que alrededor de un 95% de la población femenina padece celulitis en alguna de sus fases. Se trata de un problema más bien ligado a las hormonas femeninas, concretamente a los estrógenos, secretados por los ovarios, y al desequilibrio entre la progesterona y la foliculina. Los hombres también la sufren, pero en menor proporción. En el caso de las mujeres se localiza en muslos, vientre, caderas, rodillas, y en ellos se concentra en el abdomen, los brazos y bajo la nuca.
• La edad
No existe una edad concreta para la aparición de celulitis, ya que ésta se puede presentar en cualquier etapa de la vida. En las mujeres hay una mayor predisposición a sufrirla en los periodos de grandes cambios hormonales como la pubertad, el embarazo y la menopausia.
Debido a los desórdenes hormonales, es en la pubertad (por regla general) cuando la celulitis comienza a manifestarse, principalmente en los muslos, en este momento es cuando se debe actuar para controlarla. Otra ocasión muy propicia para que el problema prospere es el embarazo, gracias a los cambios bruscos de peso y la revolución hormonal por la que pasa la mujer embarazada.
Por último, la menopausia es una etapa llena de desequilibrios hormonales, lo que favorece la aparición o empeoramiento, en la mayoría de los casos, de la celulitis.
• El sedentarismo
El actual ritmo de vida en el que se pasa mucho tiempo sentado en el trabajo, en el coche o delante del televisor, y donde apenas hay tiempo para el ejercicio, favorece la aparición de la celulitis.
• Dieta inadecuada
Una dieta rica en hidratos de carbono, grasas, azúcares y alimentos refinados muy condimentados y elaborados, las bebidas gaseosas y excitantes, así como las comidas rápidas tan en auge en la vida actual, contribuyen en gran medida a la aparición de este trastorno.
• Malos hábitos
Malos hábitos como fumar y tomar alcohol o café en grandes cantidades producen una acción tóxica sobre el hígado, la sangre y el organismo en general. La acumulación de las toxinas en las células contribuye, junto con otros factores, al desarrollo de la celulitis.
• Factores psíquicos
El estrés, las prisas, la tensión emocional o la ansiedad, afectan a distintas funciones del organismo, alterando el proceso respiratorio, digestivo y la función intestinal con una producción excesiva de toxinas, y favoreciendo la aparición de infiltrados celulíticos.
• Fármacos
El abuso de medicamentos puede producir una alteración en el metabolismo hidrosalino, propiciando la aparición de la celulitis. Esta situación se agrava con la ingestión indiscriminada de laxantes, diuréticos y dietas bajas en sodio. Las píldoras anticonceptivas contienen hormonas en estado puro, lo que puede contribuir a la aparición de celulitis. Aunque las dosis actuales de estrógenos son más controladas, es aconsejable interrumpir de vez en cuando el tratamiento.
• El sexo
Se estima que alrededor de un 95% de la población femenina padece celulitis en alguna de sus fases. Se trata de un problema más bien ligado a las hormonas femeninas, concretamente a los estrógenos, secretados por los ovarios, y al desequilibrio entre la progesterona y la foliculina. Los hombres también la sufren, pero en menor proporción. En el caso de las mujeres se localiza en muslos, vientre, caderas, rodillas, y en ellos se concentra en el abdomen, los brazos y bajo la nuca.
• La edad
No existe una edad concreta para la aparición de celulitis, ya que ésta se puede presentar en cualquier etapa de la vida. En las mujeres hay una mayor predisposición a sufrirla en los periodos de grandes cambios hormonales como la pubertad, el embarazo y la menopausia.
Debido a los desórdenes hormonales, es en la pubertad (por regla general) cuando la celulitis comienza a manifestarse, principalmente en los muslos, en este momento es cuando se debe actuar para controlarla. Otra ocasión muy propicia para que el problema prospere es el embarazo, gracias a los cambios bruscos de peso y la revolución hormonal por la que pasa la mujer embarazada.
Por último, la menopausia es una etapa llena de desequilibrios hormonales, lo que favorece la aparición o empeoramiento, en la mayoría de los casos, de la celulitis.
• El sedentarismo
El actual ritmo de vida en el que se pasa mucho tiempo sentado en el trabajo, en el coche o delante del televisor, y donde apenas hay tiempo para el ejercicio, favorece la aparición de la celulitis.
• Dieta inadecuada
Una dieta rica en hidratos de carbono, grasas, azúcares y alimentos refinados muy condimentados y elaborados, las bebidas gaseosas y excitantes, así como las comidas rápidas tan en auge en la vida actual, contribuyen en gran medida a la aparición de este trastorno.
• Malos hábitos
Malos hábitos como fumar y tomar alcohol o café en grandes cantidades producen una acción tóxica sobre el hígado, la sangre y el organismo en general. La acumulación de las toxinas en las células contribuye, junto con otros factores, al desarrollo de la celulitis.
• Factores psíquicos
El estrés, las prisas, la tensión emocional o la ansiedad, afectan a distintas funciones del organismo, alterando el proceso respiratorio, digestivo y la función intestinal con una producción excesiva de toxinas, y favoreciendo la aparición de infiltrados celulíticos.
• Fármacos
El abuso de medicamentos puede producir una alteración en el metabolismo hidrosalino, propiciando la aparición de la celulitis. Esta situación se agrava con la ingestión indiscriminada de laxantes, diuréticos y dietas bajas en sodio. Las píldoras anticonceptivas contienen hormonas en estado puro, lo que puede contribuir a la aparición de celulitis. Aunque las dosis actuales de estrógenos son más controladas, es aconsejable interrumpir de vez en cuando el tratamiento.
Cómo combatir la celulitis
La prevención es la mejor
medida para combatir la celulitis, pero cuando el problema ya está presente es
preciso actuar de una manera rápida y eficaz. Las terapias naturales son útiles
para vencer a esta insistente
enemiga.
Hidroterapia
En el campo de la
hidroterapia hay varios tratamientos de gran ayuda, pero siempre como
complementos de otras terapias. Los baños de oxígeno, ácido carbónico, ozono,
esencias aromáticas y algas marinas, así como baños y lodos termales, estimulan
la circulación venosa, arterial y linfática, consiguiendo así que el organismo
libere toxinas y líquidos acumulados, lo que mejorará el estado de la
celulitis, sobre todo la edematosa y la blanda.
El hidromasaje está muy indicado en los casos de celulitis más generalizada, ya que actúa sobre la superficie del cuerpo por igual. No obstante, para conseguir resultados contundentes es más recomendable el linfodrenaje.
Algunas esencias de aromaterapia como la lavanda, orégano, ciprés y limón, tienen efectos anticelulíticos y se pueden incorporar al baño bien aplicar directamente sobre la zona afectada, mezclados con aceite de almendras dulces.
El hidromasaje está muy indicado en los casos de celulitis más generalizada, ya que actúa sobre la superficie del cuerpo por igual. No obstante, para conseguir resultados contundentes es más recomendable el linfodrenaje.
Algunas esencias de aromaterapia como la lavanda, orégano, ciprés y limón, tienen efectos anticelulíticos y se pueden incorporar al baño bien aplicar directamente sobre la zona afectada, mezclados con aceite de almendras dulces.
El masaje manual
El masaje manual, como terapia de apoyo,
puede resultar de gran beneficio tanto en la celulitis localizada como en la
generalizada, siempre que se sepa realizar. Este beneficio se traduce en un
aumento de la secreción de las glándulas sudoríparas y sebáceas, la
estimulación de las terminaciones nerviosas cutáneas y la circulación linfática
y venosa, y una mejora del metabolismo celular, favoreciendo por tanto la
eliminación de toxinas y residuos.
Es importante saber aplicar el masaje en cada caso específico. Para la celulitis, las manipulaciones deben ser suaves y hay que utilizar las técnicas menos agresivas y traumatizantes (es preciso tener en cuenta la fragilidad de los vasos capilares y los tejidos). Cuando se trata de una celulitis en una segunda o tercera fase, donde hay dolor, el masaje debe ser muy ligero, superficial y de corta duración. Los masajes largos suelen ser contraproducentes, ya que pueden bloquear el drenaje linfático. Además, una manipulación profunda y violenta irrita el tejido subcutáneo y la situación se puede agravar.
Es importante saber aplicar el masaje en cada caso específico. Para la celulitis, las manipulaciones deben ser suaves y hay que utilizar las técnicas menos agresivas y traumatizantes (es preciso tener en cuenta la fragilidad de los vasos capilares y los tejidos). Cuando se trata de una celulitis en una segunda o tercera fase, donde hay dolor, el masaje debe ser muy ligero, superficial y de corta duración. Los masajes largos suelen ser contraproducentes, ya que pueden bloquear el drenaje linfático. Además, una manipulación profunda y violenta irrita el tejido subcutáneo y la situación se puede agravar.
Mesoterapia
Esta técnica consiste en el
empleo de inyecciones múltiples de compuestos homeopáticos sobre la zona
afectada. La mesoterapia tiene una doble acción, la física, que es la
estimulación de la piel por medio de las agujas, y la que proporcionan los
productos infiltrados. Esta terapia está indicada en el caso de celulitis
localizada, puesto que en la generalizada sería muy poco útil, además de
costosa.
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