Los problemas derivados de los altos
índices de Colesterol afectan de tal modo a nuestra
salud que merece una especial atención.
Te ofrezco las mejores soluciones para que te sea más fácil mantener el Colesterol a nivel, antes de que sea demasiado tarde.
salud que merece una especial atención.
Te ofrezco las mejores soluciones para que te sea más fácil mantener el Colesterol a nivel, antes de que sea demasiado tarde.
Grupos de mayor riesgo cardiovascular
FUMADORES
El tabaco es responsable directo de más del 50% de muertes prevenibles, de las cuales más de la mitad se deben a problemas de origen cardiovascular. El fumador pasivo también sufre un mayor riesgo de enfermedad coronaria y de otros trastornos relacionados con el tabaco. El tabaquismo se asocia principalmente con fenómenos isquémicos agudos, probablemente porque su mecanismo de acción sea la trombosis sobreañadida y el vaso espasmo, y se sabe que favorece la formación de arteriosclerosis.
HIPERTENSOS
La hipertensión arterial es un importante factor de riesgo para la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardiaca, la enfermedad cerebrovascular, e incluso, la insuficiencia renal. Cerca del 4000 de las personas hipertensas tienen una colesterolemia superior a 240 mg/dl.
Así, el riesgo de enfermedad cardiovascular y de insuficiencia cardiaca se reduce de manera considerable con el tratamiento antihipertensivo.
DIABETICOS
Los dos tipos de Diabetes mellitus existentes conllevando un elevado riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Los dos tipos de Diabetes mellitus existentes conllevando un elevado riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Los lípidos o grasas son un
grupo de compuestos biológicos cruciales para nuestro organismo, ya que constituyen
la forma más concentrada de energía de la que disponemos para nuestras
actividades diarias (proporcionan 9 kcal. por gramo, el doble que los hidratos
de carbono). Cuando los depósitos de hidratos de carbono de nuestro cuerpo no
nos suministran la energía necesaria, se inicia la destrucción de los depósitos
de grasa, como ocurre cuando realizamos una larga actividad física y “quemamos”
toda la que se ha acumulado en diferentes partes del cuerpo.
La mayoría de lípidos que ingerimos, cuya digestión y posterior absorción se produce en el intestino delgado, son triglicéridos, y representan poco más de una tercera parte del aporte calórico total de nuestra dieta diaria.
La mayoría de lípidos que ingerimos, cuya digestión y posterior absorción se produce en el intestino delgado, son triglicéridos, y representan poco más de una tercera parte del aporte calórico total de nuestra dieta diaria.
Necesario para la salud
El colesterol es un lípido
que se origina en el hígado y se encuentra en todas las células de nuestro
cuerpo. Este tipo de grasa es necesaria para formar las membranas de cada
célula, los ácidos biliares de la vesícula, las hormonas sexuales y otras
sustancias cruciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Por todos es conocido que el Colesterol se divide en diferentes tipologías según su naturaleza:
> El llamado ‘bueno” o HDL (High Density Level) son las lipoproteínas más pequeñas, encargadas de transportar el colesterol desde los tejidos al hígado.
> Las de baja intensidad o LDL (Low Density Level) son mayores y se encargan de llevar el colesterol hasta los tejidos periféricos.
El exceso de Colesterol de baja intensidad (popularmente llamado “malo’) es lo que se asocia a un trastorno, ya que se caracteriza por el depósito de sustancias grasas en la pared interna de los vasos, lo que provoca una disminución de su capacidad o luz, y la consecuente reducción del riego sanguíneo y rigidez en los vasos, factores de riesgo importantes para acabar padeciendo hipertensión arterial.
La presencia de “colesterol malo” (LDL) favorece la formación de coágulos que pueden acabar taponando las arterias de órganos como el corazón y el cerebro. Además, al disminuir la capacidad para transportar sangre a las células, se corre el peligro de originar arteriosclerosis, que a su vez, puede desprender acúmulos grasos y dar lugar a trastornos más graves, como trombosis.
Actualmente, el nivel de 200 mg/dl de colesterol en sangre es el valor máximo aconsejado por los médicos para garantizar una buena salud cardiovascular.
Por todos es conocido que el Colesterol se divide en diferentes tipologías según su naturaleza:
> El llamado ‘bueno” o HDL (High Density Level) son las lipoproteínas más pequeñas, encargadas de transportar el colesterol desde los tejidos al hígado.
> Las de baja intensidad o LDL (Low Density Level) son mayores y se encargan de llevar el colesterol hasta los tejidos periféricos.
El exceso de Colesterol de baja intensidad (popularmente llamado “malo’) es lo que se asocia a un trastorno, ya que se caracteriza por el depósito de sustancias grasas en la pared interna de los vasos, lo que provoca una disminución de su capacidad o luz, y la consecuente reducción del riego sanguíneo y rigidez en los vasos, factores de riesgo importantes para acabar padeciendo hipertensión arterial.
La presencia de “colesterol malo” (LDL) favorece la formación de coágulos que pueden acabar taponando las arterias de órganos como el corazón y el cerebro. Además, al disminuir la capacidad para transportar sangre a las células, se corre el peligro de originar arteriosclerosis, que a su vez, puede desprender acúmulos grasos y dar lugar a trastornos más graves, como trombosis.
Actualmente, el nivel de 200 mg/dl de colesterol en sangre es el valor máximo aconsejado por los médicos para garantizar una buena salud cardiovascular.
Grasa
y Salud
Uno de los
aspectos más conocidos en cuanto a la prevención del Colesterol es el seguimiento de una dieta equilibrada y pobre en
grasas saturadas. Pero antes de incidir en la importancia de la alimentación,
debemos conocer los diferentes tipos de grasa que ingerimos y su efecto
concreto sobre nuestro cuerpo:
> Saturadas: Aumentan los niveles de Colesterol malo y de Colesterol total. Aunque la mayor parte son de origen animal, también son ricos en este tipo de grasa el aceite de coco y de palma, las pepitas de esta fruta, la manteca de cacao y los aceites hidrogenados.
> Monoinsaturadas: Se encuentran en el aceite de oliva y son las mejores aliadas de nuestro sistema cardiovascular, ya que aumentan los índices de Colesterol bueno (HDL), Se componen básicamente de un único ácido graso monoinsaturado: el ácido oleico.
> Poliinsaturadas: Son menos estables y propensas a contribuir a la oxidación dañina en las arterias que la grasa monoinsaturada, y además, pueden ayudar a reducir los niveles de Colesterol LDL o “malo”, disminuyendo el Colesterol total. Se encuentra en la mayoría de aceites vegetales y en los de pescado.
> Hidrogenadas: Este tipo de grasa se obtiene tras un proceso químico mediante el cual se endurece y se transforma en una sustancia más cremosa, manteniéndola fresca por más tiempo, aunque también más saturada. Se encuentra en la margarina y la manteca vegetal.
> Saturadas: Aumentan los niveles de Colesterol malo y de Colesterol total. Aunque la mayor parte son de origen animal, también son ricos en este tipo de grasa el aceite de coco y de palma, las pepitas de esta fruta, la manteca de cacao y los aceites hidrogenados.
> Monoinsaturadas: Se encuentran en el aceite de oliva y son las mejores aliadas de nuestro sistema cardiovascular, ya que aumentan los índices de Colesterol bueno (HDL), Se componen básicamente de un único ácido graso monoinsaturado: el ácido oleico.
> Poliinsaturadas: Son menos estables y propensas a contribuir a la oxidación dañina en las arterias que la grasa monoinsaturada, y además, pueden ayudar a reducir los niveles de Colesterol LDL o “malo”, disminuyendo el Colesterol total. Se encuentra en la mayoría de aceites vegetales y en los de pescado.
> Hidrogenadas: Este tipo de grasa se obtiene tras un proceso químico mediante el cual se endurece y se transforma en una sustancia más cremosa, manteniéndola fresca por más tiempo, aunque también más saturada. Se encuentra en la margarina y la manteca vegetal.
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